sábado, 29 de marzo de 2008

Respuesta latinoamericana al ALCA: Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA)

ALCA, ALCA, ALCA, Al carajo
Hugo Chávez (2005)


Fue en la década de los años 1990 cuando los Tratados de Libre Comercio experimentaron una etapa de “boom” y empezaron a suscribirse en todo el mundo. América no fue la excepción, y es por ello, que surge el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Canadá, Estados Unidos y México, y en el sur el Tratado de Asunción de 1991, que crea formalmente al MERCOSUR, integrado inicialmente por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.

En ese entonces, la premisa fundamental se basaba en que el libre comercio conllevaría, casi irremediablemente, al desarrollo y subsecuentemente a la integración. Sin embargo, el cambio de siglo, vino acompañado de un nuevo paradigma, que surgió de la experiencia de estos países, el libre comercio tenía que dejar de ser el centro de la agenda regional o subregional, con el fin de extender el grado de cooperación al campo social, energético, económico, cultural, y político, en respuesta a las demandas de las sociedades americanas. Es en este contexto que surge el proyecto del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas[1] (ALCA), que nace en 1994 en la Cumbre de las Américas en Miami, Estados Unidos, promovido especialmente por el país sede, y que pretendía ser la expansión del TLCAN hacia el resto del continente, consistente en la disminución de aranceles y el aumento de inversiones a la región; se esperaba su entrada en vigor en el año 2005, sin embargo, éste encontró rechazó de algunas países, lo que provocó su fracaso, e incluso fomentó una fragmentación al interior de América Latina[2].

Es en este marco que surge la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) como respuesta al ALCA y al papel que los Estados Unidos pretendía jugar en el proceso de integración regional.

La iniciativa del ALBA es lanzada por el presidente venezolano Hugo Chávez en la III Cumbre de la Asociación del Estados del Caribe (AEC), celebrada el 11 y 12 de diciembre de 2001 en la Isla Margarita, Venezuela[3]. Se presentó como un modelo diferente de integración, ya que no sólo abarca los temas comerciales y económicos como el ALCA, sino que se extiende a lo político, energético y social, por lo que recalca en sus objetivos la idea de que “el comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos, sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable………[para ello] se requiere una efectiva participación del Estado como regulador y coordinador de la actividad económica”[4].

El 14 de diciembre del 2004 nace formalmente el ALBA con el “Acuerdo entre el presidente de la República Bolivariana de Venezuela y el presidente del Consejo de Estado de Cuba, para la aplicación de la Alternativa Bolivariana para las Américas”, llevado a cabo en la Habana, Cuba[5].
Hasta el año 2006 el ALBA estaba compuesto por dos miembros, Cuba y Venezuela, sin embargo, el 29 de abril de dicho año, Bolivia se integra al acuerdo con la firma del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) entre los tres países[6].

En enero de 2007, Nicaragua se adhiere a la Alternativa Bolivariana, tras la toma de poder del presidente Daniel Ortega[7]. En febrero del mismo año, tres países caribeños, a saber, Antigua y Barbuda, Dominica, y San Vicente y las Granadinas firmaron el Memorando de Entendimiento del ALBA[8].

Durante la VI Cumbre del ALBA en Venezuela, el 25 de enero de 2008 Dominica se convirtió en el quinto miembro[9]. En ese evento también se creó el Banco del ALBA con sede en Caracas, que pretende financiar proyectos sociales y de infraestructura, contando con un capital inicial de 1,000 millones de dólares[10].

Cabe aclarar que Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, San Kitts y Nevis, Ecuador, Honduras, Haití y Uruguay han participado constantemente enviando delgados a las Cumbres del ALBA, de hecho, en esta última Cumbre, Libia e Irán también acudieron[11].
Los principios rectores del ALBA son[12]:

1. La integración neoliberal prioriza la liberalización del comercio y las inversiones.
2. La Alternativa Bolivariana para América Latina (ALBA) es una propuesta que centra su atención en la lucha contra la pobreza y la exclusión social.
3. En la propuesta del ALBA se le otorga una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física
4. En el ALBA, la lucha contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países industrializados no puede negar el derecho de los países pobres de proteger a sus campesinos y productores agrícolas.
5. Para los países pobres donde la actividad agrícola es fundamental, las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían irreversiblemente afectados si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales no exista subsidio.
6. La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es la base para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad y autosuficiencia alimentaria. En estos países la agricultura es, más bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica.
7. ALBA tiene que atacar los obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:a. La pobreza de la mayoría de la población;b. Las profundas desigualdades y asimetrías entre paísesc. Intercambio desigual y condiciones inequitativas de las relaciones internacionalesd. El peso de una deuda impagablee. La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político. f. Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual; y, g. Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social
8. Enfrentar la llamada Reforma del Estado que solo llevó a brutales procesos de desregulación, privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública.
9. Como respuesta a la brutal disolución que éste sufrió durante más de una década de hegemonía neoliberal, se impone ahora el fortalecimiento del Estado con base en la participación del ciudadano en los asuntos públicos.
10. Hay que cuestionar la apología al libre comercio per se, como si sólo esto bastara para garantizar automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento y bienestar colectivo.
11. Sin una clara intervención del Estado dirigida a reducir las disparidades entre países, la libre competencia entre desiguales no puede conducir sino al fortalecimiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles.
12. Profundizar la integración latinoamericana requiere una agenda económica definida por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos internacionales.

Como es posible ver, estos principios representan una antitesis de lo que enarbola el ALCA, ya que aluden que el comercio no es la panacea a todos los males de los pueblos latinoamericanos, y que la verdadera integración se ocupa también de los temas sociales, políticos, laborales, económicos, culturales y de cooperación. El ALBA ha demostrado ser un modelo sui generis de cooperación ya que ha promovido fondos de corrección de asimetrías, para evitar el crecimiento de la desigualdad entre los Estados, así como ha fortalecido programas de turismo social a los países miembros, de movilidad en servicios, de intercambio en especies, de reducción de aranceles a ciertos productos en los cada socio tiene una ventaja comparativa y proyectos de soporte energético. Sin embargo, el ALBA enfrenta un gran problema, el monopolio político, ya que se toma a Venezuela como líder del plan y como un intento por extender su influencia regional para poder competir en un futuro cercano por el liderazgo latinoamericano, de hecho, baste ver que los Estados miembros están gobernados por políticos afines ideológicamente a Hugo Chávez, lo que hace poco probable que países claves en el escenario regional se unan a dicho proyecto, como es el caso de Chile, Perú, Colombia, Argentina, México y Brasil.

Si analizamos lo anterior en el marco de la Teoría de la Dependencia, el ALCA supone un intento de institucionalizar la hegemonía estadounidense en la zona, es decir, el imperialismo de los Estados Unidos, mientras que el ALBA supondría un subimperialismo de Venezuela sobre la región, en particular sobre los países parte de la Alternativa Bolivariana, que por supuesto, no es bien visto por el resto de los Estados que pretende jugar el mismo rol, principalmente las dos economías más grandes de América Latina: Brasil y México.

Además, el ALBA supone una maximización del Estado, es decir, que vuelva a desempeñar el papel que tuvo antes de las reformas neoliberales, pero esto marcha a contra sentido de la tendencia actual, ya que los principales países de la región se encaminan a privilegiar el comercio, la inversión de capitales extranjeros, y el adelgazamiento del Estado, por lo que también en este plano se vuelve poco viable.

Tenemos que tener en cuenta, para este análisis, el peso que tiene el petróleo venezolano en esta dinámica, ya que es la principal moneda de cambio que ofrece dicho país para comerciar con sus socios “albistas”, y que aparece como la carnada perfecta con el fin de atraer a más miembros, y que en el futuro podría no ser tan sustentable.

Para muchos analistas, el ALCA murió desde finales del 2005, quizá no sea así, pero por lo menos permanece congelado en la agenda regional, y parece que así permanecerá por algún tiempo. Por su parte, el ALBA, si bien ha crecido en número de afiliados, y todo muestra que seguirá así, no parece ser el verdadero proyecto que pueda cohesionar a su interior todas las contradicciones latinoamericanas y dar un cauce viable a la integración regional. Como comenta Thomas Fritz: “la propuesta ALBA, por lo tanto, no solamente representa una alternativa real al proyecto de la zona de libre comercio ALCA, dominada por los EE.UU., sino que también se puede entender como una crítica a los bloques económicos existentes, MERCOSUR y CAN. El ingreso de Venezuela al MERCOSUR, sin embargo, demuestra que al parecer ni el propio gobierno venezolano espera una pronta expansión del ALBA por el subcontinente. Más bien el ALBA serviría como especie de proyecto referencial”[13].
Y es que el proyecto integracionista de Hugo Chávez no se limita al ALBA, sino que es acompañado por iniciativas e instituciones regionales, como el programa Petrocaribe, el de Petroandina, el de Petrosur, agrupadas estas tres últimas en Petroamérica, el Banco del ALBA, el Banco del Sur, el canal de televisión Telesur, la construcción del Gasoducto del Sur, entre otros.

Falta ver el grado de eficiencia del ALBA para combatir la pobreza y reducir las asimetrías entre sus miembros, que es en lo que buena medida determinará su éxito y posible expansión, pero por el momento, la Alternativa Bolivariana de las Américas ha servido para ofrecer una opción más al debate de la integración latianoamericana.



[1] Tomados de la página oficial del ALBA. Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, http://www.alternativabolivariana.org/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=1&page=3. 28 de abril de 2004.

[2] Fritz, Thomas. ALBA contra ALCA. La Alternativa Bolivariana para las Américas: una nueva vía para la integración regional en Latinoamérica. Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica (FDCL). Berlín, Alemania, abril de 2007, p. 6. Versión electrónica en http://fdcl-berlin.de/fileadmin/fdcl/Publikationen/ALBA-contra-ALCA-Thomas-Fritz-FDCL-esp.pdf.

[1] El acuerdo estaría integrado por 34 países americanos: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominicana, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay, y Venezuela. “Se ha excluido a Cuba fundamentalmente por la oposición de Estados Unidos a su participación”. Véase Soria Murillo, Víctor. Integración económica y social de las Américas. Una evaluación del libre comercio. Ed. Itaca, México, 2005, p. 235.

[2] En la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata Argentina en el 2005, el MERCOSUR y Venezuela expresaron su rechazo al ALCA, mientras que ciertos países, entre los que destacan México, Estados Unidos y Panamá apoyaron el proyecto, aún ante las críticas de que el tema no estaba en la agenda. “Un borrador de la declaración muestra que una mayoría de países, entre ellos México, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Perú y Panamá, así como los grupos de Centroamérica y CARICOM, apoya la referencia al ALCA como instrumento para el desarrollo, uno de los temas de la cumbre, pero el Mercosur _que se opone a una mención abierta_ sigue diciendo que "tomamos nota de las dificultades que han surgido en el proceso del ALCA" y que "no se han dado las condiciones necesarias para lograr un acuerdo de libre comercio a nivel hemisférico equilibrado y equitativo"”. Véase El UniversalEl debate sobre el ALCA divide a América Latina”, en El Universal, http://www.eluniversal.com.mx/internacional/37376.html. 05 de noviembre de 2005.

[3] Véase Méndez Delgado, Elier y Lloret Feijóo, María del Carmen. Globalización: Interrogantes y dimensiones. Versión electrónica en http://www.eumed.net/libros/2006a/mdll/14.htm Consultada en marzo de 2008.

[4] Ministerio del Poder Popular para la Energía y el Petróleo. Gobierno Bolivariano de Venezuela. “ALBA. Objetivos”, en el sitio electrónico de la III Cumbre Petrocaribe, http://iiicumbrepetrocaribe.menpet.gob.ve/index.php?tpl=interface.sp/design/Alba/Objetivo.html. Agosto de 2007.

[5] Para ver el texto completo consúltese el sitio oficial del ALBA. Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, http://www.alternativabolivariana.org/modules.php?name=News&file=article&sid=81. Lunes 27 de diciembre de 2007.

[6] BBC Mundo. “Bolivia se integra al ALBA”, en http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_4957000/4957182.stm. Sábado 29 de abril de 2006.

[7] BBC Mundo. “Nicaragua se asocia al ALBA”, en http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_6254000/6254311.stm. Viernes 12 de enero de 2007.

[8] Diario Granma.El ALBA se extiende por el Caribe”, en http://www.granma.cubaweb.cu/2007/02/20/interna/artic07.html. Martes 20 de febrero de 2007.

[9] Prensa Latina. Agencia Informativa Latinoamericana. “Defienden en Dominica preceptos del ALBA”, en http://www.prensalatina.com.mx/article.asp?ID=%7B31E8E0A0-E715-4197-9F01-197E2FB43869%7D). Consultada en marzo de 2008.

[10] Excelsior on line. “Crean Banco del alaben Cumbre de Venezuela”, en http://www.exonline.com.mx/diario/noticia/dinero/economia/crean_banco_del_alba_en_cumbre_de_venezuela/113614. 26 de enero de 2008.

[11] La Jornada. “Cumbre del ALBA funda banco regional; alertan sobre crisis económica en Estados Unidos”, en http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2008/01/26/cumbre-del-alba-funda-banco-regional-alertan-sobre-crisis-economica-en-eu. 26 de enero de 2008.
[12] Tomados de la página oficial del ALBA. Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, http://www.alternativabolivariana.org/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=1&page=3. 28 de abril de 2004.
[13] Fritz, Thomas. ALBA contra ALCA. La Alternativa Bolivariana para las Américas: una nueva vía para la integración regional en Latinoamérica. Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica (FDCL). Berlín, Alemania, abril de 2007, p. 6. Versión electrónica en http://fdcl-berlin.de/fileadmin/fdcl/Publikationen/ALBA-contra-ALCA-Thomas-Fritz-FDCL-esp.pdf.

Para entender un poco más el ALBA, sobre todo en contraposición al ALCA, recomiendo el texto: Altmann, Josette y Beirute, Tatiana. Dossier: ALBA. Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe. Ed. FLACSO- Fundación Carolina, San José, Costa Rica, enero de 2007. pp. 82. Versión electrónica en FLACSO, http://www.flacso.org/integracion/cuadernos/alba.pdf.

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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "Respuesta latinoamericana al ALCA: Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA)", en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 29 de marzo de 2008.

sábado, 15 de marzo de 2008

La reforma del Estado en América Latina: el largo proceso del cambio

Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales
Mahatma Gandhi

La reforma del Estado en América Latina se ha manejado como una recurrente en el discurso de los políticos en la región desde la década de 1980 y que supone la “modernización” de las relaciones del Estado con los diversos sectores de la sociedad nacional e internacional, en el plano económico, político y social. Dicho proceso se ha llevado a cabo con el pretexto del excesivo papel proteccionista estatal, la poco eficiente administración gubernamental y el enorme aparato burocrático, así como de las crisis económicas.
El papel rector del Estado en la economía, adquirido desde la etapa de sustitución de importaciones tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se modifica con el fin de permitir una mayor participación del sector privado nacional y transnacional, lo que se refleja claramente en el proyecto neoliberal, que implica la venta de empresas bajo control estatal a empresas particulares, en el mejor de los casos, locales.
El nuevo Estado busca una “tecnocratización”, es decir, una racionalidad administrativa, dando paso a una élite política distinta.
Para Oliver, existen tres rubros que nos permiten ver el camino que siguen las reformas estatales, antagónicas al modelo tradicional del Estado benefactor, a saber: 1) La venta de la propiedad estatal al sector privado, 2) la eliminación de barreras arancelarias, y 3) la reestructuración del gasto público, lo que implica la reducción del mismo[1].
Otro rasgo importante en la reforma política, es la democratización de las sociedades latinoamericanas, que empieza con la caída, en muchos países, de las dictaduras militares, el ascenso de gobiernos civiles y la estabilidad de las elecciones, que sin embargo, ha resultado no ser un proceso consolidado aún, ya que los verdaderos cambios han venido del gobierno y no de la sociedad, como debería ser, además de que se ha asegurado más una gobernabilidad que una democracia real, es decir, se dispone de la opinión pública para asuntos de emergencia y no de la participación constante de la sociedad en la renovación estatal.
El Estado también sufre un proceso de transnacionalización, con el cual queda sujeto a la lógica del sistema mundial, en el que se le exige una mayor apertura comercial y una readaptación de instituciones como el ejército, las universidades, los sindicatos y los partidos políticos.
La excesiva concentración del capital en unas cuantas personas, y que el neoliberalismo ha promovido a través del Estado por medio de subsidios y apoyos a ciertas élites, ha provocado un aumento del número de pobres en la región, con lo que se pone en peligro la estabilidad política a largo plazo.
Oliver concluye su artículo proponiendo una alternativa al actual proceso de la reforma estatal, en el que la sociedad tenga un rol más activo y que por medio de la organización conduzca los cambios, desplazando al Estado y a las empresas privadas, apropiándose de los sectores productivos básicos y obligando al Estado a canalizar sus esfuerzos en industrias de alta tecnología, que implica el desarrollo de la ciencia. Esta propuesta, parece, por sus características, ser un modelo como la Tercera Vía, que tuvo mucho vigor en la década de los 1990, que aboga por la promoción de la democracia, el desarrollo de la tecnología, y un sistema de economía mixta, es decir, un equilibrio entre el papel del Estado y del mercado.
Posiblemente ésta sea la opción más acertada, una Tercera Vía latinoamericana, que no difiera del modelo europeo (“estimula un crecimiento que no deje de lado el papel del Estado en el desarrollo, poniendo énfasis en el fomento del empleo productivo, el avance tecnológico para una mayor competitividad, así como en la necesidad de seguir garantizando los derechos ciudadanos al bienestar social, reestructurando el antiguo Estado de bienestar”[2]) pero que, como argumenta Ricardo Lagos, sea un debate similar, “pero con acento en la búsqueda de mayores niveles de equidad e integración social ante la persistente cristalización de desigualdades sociales que originan legítimas movilizaciones y demandas populares”[3].


[1] Oliver Costilla, Lucio. “La reforma del Estado en América Latina: una aproximación crítica”, en Estudios Latinoamericanos, CELA-FCPyS/UNAM, No. 2, 1994, pp. 3-30.

[2] Lagos, Ricardo. “Hacia una nueva “Tercera Vía” latinoamericana”, en http://www.politica.com.ar/tercera_via/Hacia_una_tercera_via_latinoamericana_lagos.htm. Consultada en febrero de 2007.

[3] Idem
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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "La reforma de Estado en América Latina: el largo proceso del cambio", en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 15 de marzo de 2008.

viernes, 7 de marzo de 2008

Las comunicaciones internacionales como catalizadores de las relaciones internacionales

El movimiento de pasajeros y mercancías de un Estado a otro, así como de información, que están vinculados a los transportes internacionales y a las telecomunicaciones ha variado con el paso del tiempo, y con ellos, la integración social, cultural, política y económica en el mundo[1].

El desarrollo de las comunicaciones internacionales ha estado entrelazado al progreso de las distintas sociedades, ya que éstos han permitido la apertura de canales que antes obstaculizaban la obtención de mejores condiciones de vida. La revolución industrial trajo consigo nuevos medios para trasladar medicamentos, alimentos, y demás mercancías que antes eran difíciles de conseguir en determinados lugares, consolidando una red que con el paso del tiempo se ha ido expandiendo y que ha permitido, entre otras cosas, una mayor circulación de bienes, servicios e ideas.

El avance en el plano de las telecomunicaciones ha traído, indudablemente, un reducción del espacio-tiempo, con lo que es más fácil comunicarse con una persona al otro lado del mundo, o difundir los hechos cotidianos, y no tan cotidianos en la vida de otras sociedades.

En el plano internacional, la comunicación internacional ha tenido un papel fundamental, ya que coadyuva a fortalecer la relación entre los Estados, fomentando el comercio, la cooperación y el desarrollo, es por eso que la Organización de Naciones Unidas ha concentrado gran parte de su atención en regularizar, reglamentar, organizar, y promover el uso de los transportes y las telecomunicaciones, entre estos esfuerzos podemos citar diversas organizaciones que se vinculan al tema, como son: la OACI (Organización de la Aviación Civil Internacional), la OMI (Organización Marítima Internacional), la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones)[2], y la UPU (Unión Postal Universal)[3].

La gran influencia que las comunicaciones internacionales ejercen en las relaciones internacionales se hace patente en la adecuación de ciertas prácticas mundiales, como la cooperación en el uso de los satélites[4], que configura la relación entre los Estados, con el fin de maximizar el desarrollo nacional.

Desde un punto de vista económico, y sobre todo, comercial, la ubicación y desarrollo de los transportes internacionales y de su infraestructura obliga a los Estados a articularse en una cadena productiva para lograr una mayor eficiencia, que a su vez, repercuta en mayor integración territorial, y en una serie de alianzas, que permiten crear una red global de puertos, aeropuertos, y rutas comerciales[5].

Las comunicaciones internacionales han revolucionado la forma en que las naciones se relacionan desde muy diversas perspectivas. En la actualidad, el desarrollo del Internet, de la telefonía celular y la rapidez de los otros medios de comunicación ayudan a reconfigurar las relaciones internacionales, baste ver la forma en que hechos “locales” ahora no se quedan en una esfera netamente reducida, sino que se convierten en problemas de atención internacional, como el caso de los monjes budistas que fueron víctimas de la opresión del gobierno birmano, y que tras la obtención y difusión de diversos videos, provocaron un fuerte impacto en la opinión pública internacional, que funcionó para que ahora la comunidad internacional ejerza una mayor presión sobre el gobierno de dicho país.

La manera en que influye la nueva comunicación internacional ha propiciado una mayor homogenización de ciertos valores y actitudes que permiten hablar de la emergencia y, en algunos casos, de la consolidación de diversos procesos, como la promoción a la democracia, y el respeto a los derechos humanos. Las elecciones para puestos de gobierno en los países, las torturas, la violación a los derechos esenciales de todos los hombres, entre otros acontecimientos, han pasado de ser un asunto local a un asunto internacional. Es por lo anterior, que podemos concluir diciendo que las comunicaciones internacionales, es decir, los transportes internacionales y la telecomunicación representan la clave para la internacionalización de la vida cotidiana, y con ello, una nueva forma de ver las relaciones internacionales.

Cuando la televisión informa sobre algún hecho marginal, en ese momento deja de serlo”.
Carl Berstein

[1] Consúltese Camarena Luhrs, Margarita. “Homogeneización del espacio”, en Revista Mexicana de Sociología, Vol. 52, No. 3, (Jul.-Sep., 1990), pp. 35-48.

[2] Que de hecho es la organización intergubernamental más antigua, ya que fue fundada en 1865, cuando solo abarcaba el área de la telegrafía.

[3] Véase Centro de información de la Organización de las Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana, “Transportes, comunicaciones y desarrollo”, en http://www.cinu.org.mx/temas/desarrollo/desecon/transporte.htm#aviacion. 25 de abril de 2007.

[4] Véase Fernández-Shaw, Félix. “Las comunicaciones internacionales en un mundo de satélites”, en Revista de Política Internacional, N. 113, 1971, pp. 57.

[5] Para más información véase Martner Peyrelongue, Carlos. “Alianzas estratégicas, puertos y territorio en México”, Revista Mexicana de Sociología, Vol. 64, No. 4. (Oct. - Dec., 2002), pp. 127-167.
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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "Las comunicaciones internacionales como catalizadores de las relaciones internacionales", en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 07 de marzo de 2008.