jueves, 31 de julio de 2008

La paradiplomacia en la actualidad: ¿relaciones internacionales locales o globalización de los actores estatales?

Si bien, la política exterior es propia de los Estados soberanos, en la actualidad los estados no soberanos cubren un papel muy importante en los asuntos exteriores.

Como argumenta Michael Keating, a diferencia de la actividad exterior de los Estados, la diplomacia regional no representa amplios intereses, ya que las regiones no tienen gobierno soberanos que tengan la capacidad de imponer su propia definición de “interés nacional[1].

A este tipo de diplomacia se le conoce como paradiplomacia o diplomacia multinivel, (concepto que se empezó a utilizar desde la década de 1980), la cual se ubica principalmente en tres rubros, a saber, el político, el cultural y el económico. Cabe aclarar, que por lo general, ésta no puede ir en contra o desafiar a la política exterior nacional.

Para la teoría Realista de Relaciones Internacionales, el Estado-Nación es el gran actor internacional, y desde muchas perspectivas, el único que verdaderamente importa (monopolio de las relaciones internacionales), es por ello, que Ivo Duchacek, describe a la paradiplomacia como la política exterior (paralela) de los actores no centrales[2]. Es así, que ésta es ejercida por gobiernos locales, empresas multinacionales, u organizaciones no gubernamentales. Siguiendo con Duchacek, este tipo de actividad internacional, implica la existencia de vínculos entre actores gubernamentales, no centrales y gobiernos centrales o estaduales/ provinciales/ municipales extranjeros con el propósito de influir en temas de comercio, inversiones y otras políticas y acciones[3].

Los atributos manejados para que una entidad sea considera un actor internacional son: a) su grado de autonomía; b) capacidad o habilidad para movilizar recursos, ejercer influencia y alcanzar objetivos; y c) continuidad en sus funciones desarrolladas[4].

La paradiplomacia se ha desarrollado aún más en los estados con aspiraciones nacionales, independentistas o en búsqueda de una mayor autonomía.

Dentro de la paradiplomacia, o en contraposición a ella, encontramos la protodiplomacia, con la que se designa a la diplomacia realizada por gobiernos subestatales que intentan arar el camino hacia su independencia, preparando a la opinión pública internacional, así como buscar el reconocimiento de otros Estados. Es por eso, que podemos concluir que la protodiplomacia es “la práctica de las relaciones internacionales por parte de un gobierno no central que aspira a establecerse como Estado plenamente soberano[5]. Un ejemplo de esto, es Québec, durante el gobierno del Partido Quebecois, que buscaba el reconocimiento internacional, especialmente de Estados con los que comparte ciertos elementos, como el cultural[6], lo que explica su papel en la Francophonie.

Québec fundamenta su actividad internacional en la Doctrina de Paul Gérin-Lajoie de 1965, según la cual, el gobierno federal no tiene la exclusividad constitucional de las relaciones internacionales. Por lo tanto, Québec puede firmar acuerdos internacionales con los países soberanos en las materias que se refieren a sus sectores de competencia[7].

Un ejemplo más de paradiplomacia, y de notable relevancia, es la Asociación de los Cuatro Motores de Europa, de 1988, compuesta por Rhone-Alpes, en Francia; Lombardia, en Italia; Cataluña, en España; Baden-Wurttenberg, en Alemania, y cuenta con miembros asociados como Gales, en Reino Unido, y Ontario, en Canadá. Dicha organización se enfoca a los temas de cooperación relativos al arte, cultura, tecnología, telecomunicaciones, etc[8].

Otro aspecto que busca la paradiplomacia, es la atracción de capitales extranjeros, promocionando el mercado local y a las pequeñas empresas regionales.

Incluso en México, donde la federación está muy centralizada, esto se vuelve una realidad. Recientemente, por ejemplo, Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, viajó al continente asiático para promover su entidad como un buen lugar para invertir, a su vez, que buscaba incrementar los lazos comerciales, económicos y culturales con Shangai, en China[9].

Cabe aclarar que la paradiplomacia depende también de la flexibilidad de las leyes nacionales, ya que Estados como Francia son reticentes a permitir que las regiones participen en dicha práctica, en contraste con países como Bélgica, donde la normatividad interna le permite a las regiones tener una paradiplomacia activa desde 1993[10]. Incluso, las entidades belgas tienen derecho para hacer y celebrar tratados con terceros[11].

Sin embargo, los estados tienen el problema del presupuesto, en comparación con el gobierno central o federal, lo que les obliga a cerrar representaciones en otras regiones, como ha sido el caso de Ontario, Québec y Alberta de Canadá.

Resulta curioso, que la paradiplomacia, adquiera más fortaleza en los Estados más desarrollados del mundo, razón por la cual sea más común encontrarla en los países europeos, en Canadá y en los Estados Unidos.

Igualmente, dicho tipo de diplomacia, es más común en los Estados federales, ya que las entidades cuentan con una mayor autonomía respecto al gobierno federal, no obstante, también es posible hallarla en Estados Unitarios, tales como Corea del Sur, Japón o Francia, principalmente, por que en la actualidad existe un proceso de descentralización en los diversos Estados.

El futuro para la paradiplomacia parece prometedor, sobre todo, si se evalúa en el marco de la globalización, donde la necesidad de construir vínculos es de vital importancia, aun para las más pequeñas comunidades.

[1] Keating, Michael. “Paradiplomacia y constitución de redes regionales”, en Revista Valenciana de Estudios Autonómicos, Número 36, año 2001, pp. 39. Versión electrónica en Generalitat Valenciana, http://public1.pre.gva.es/argos/fileadmin/argos/datos/RVEA/libro_36/m39-36.pdf.

[2] Criekemans, David. “How subnational entities try to develop their own “paradiplomacy”. The case of Flanders (1993-2005)”, p.2, en la Conferencia internacional “Challenges for Foreign Ministries: Managing Diplomatic Networks and Optimising Value”. Ginebra, Suiza. 31 de mayo- 01 de junio de 2006. Versión electrónica en http://diplo.diplomacy.edu/Conferences/MFA/papers/criekemans.pdf.

[3] Russell, Roberto. “El Estado-nación y los actores gubernamentales no centrales: su lugar y relación en el debate teórico dentro de la disciplina de las relaciones internacionales”, p. 23, en Rodríguez Gelfenstein, Sergio. La paradiplomacia: las relaciones internacionales de los gobiernos locales, Ed. Miguel Ángel Porrúa, México, 2006, pp. 147.

[4] Ibidem, p. 18.

[5] Aldecoa Luzarraga, Francisco. “La paradiplomacia en la Unión Europea: las relaciones exteriores de las regiones”, p. 56, en Rodríguez Gelfenstein, Sergio. La paradiplomacia: las relaciones internacionales de los gobiernos locales, Ed. Miguel Ángel Porrúa, México, 2006, pp. 147.

[6] Keating, Michael. “Paradiplomacia y constitución de redes regionalesOp cit., p. 40.

[7] Dutrisac, Robert. “Québec se propone reforzar la doctrina Gérin-Lajoie”, en Delegación General de Québec en México, http://www.mri.gouv.qc.ca/mexico/_scripts/Actualites/ViewNewQcNews.asp?ID=201&Menu=default&lang=es. 03 de septiembre de 2005.

[8] Four Motors of Europe, en http://www.4motors.org/. Consultada en diciembre de 2007.

[9] Gobierno del Estado de México. “Enrique Peña Nieto visitó Shanghai y Pudong en China”, en http://www.estadodemexico.com.mx/portal/noticias/article.php?storyid=645. Martes 13 de noviembre de 2007.

[10] Keating, Michael. “Paradiplomacia y constitución de redes regionales..Op. cit. p. 46.

[11] Criekemans, David. “How subnational entities try to develop their own “paradiplomacy…..Op. cit. p. 5.
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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "La paradiplomacia en la actualidad: ¿relaciones internacionales locales o globalización de los actores estatales?", en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 31 de julio de 2008.

miércoles, 16 de julio de 2008

La región Asia-Pacífico ante la búsqueda de Hermes

“No es prudente comparar los procesos en diferentes países, porque cada uno responde a su propia velocidad de cambio y obedece a la trayectoria de su cultura. Lo que sí se puede es contrastar las actitudes. La disposición a actuar con celeridad o la de ralentizar los cambios es lo que cuenta”

Diego Valadés


Resumen: El presente ensayo aborda la manera en como se estudia Asia- Pacífico en la actualidad, algunos de sus vicios, mitos y desviaciones. Se intenta dar una nueva perspectiva sobre lo que es conveniente estudiar, y la manera en que debe hacerse, con el fin de conocer el proceso que ha dado como resultado la región que emerge ante nuestros ojos a inicios del siglo XXI.


Introducción

Según relata la antigua mitología griega, el dios Hermes tenía como función básica la de servir de heraldo al resto de los dioses, un intérprete que cruzaba las fronteras divinas, inaccesibles para los mortales. Debido a su papel de mensajero y orador, Hermes tenía la habilidad de la elocuencia y la interpretación, de allí que de su nombre proceda la palabra hermenéutica, usada para describir el arte de interpretar significados que muchas veces permanecen ocultos o que no son igual de obvios para todos, lo que hoy en día conocemos coloquialmente como “leer entre líneas”.

Asia-Pacífico, a pesar de ser un continente conocido desde hace muchos años, permaneció -sino es que aún permanece- como una región poco explorada, que los antiguos europeos, como eufemismo ante su ignorancia sobre la misma, preferían llamar el Lejano Oriente, una región mística y exótica.

Es ante este hecho, que los procesos asiáticos, y Asia en general se han venido estudiando desde los ojos de aquella Europa remota en el tiempo, que marginaba lo interno y las especificidades propias de cada pueblo.

Hace unos cuantos años, el siglo XXI dio inicio, y aún hoy Hermes continúa buscando la forma de explicar Asia al resto del mundo, no como hasta ahora la conocemos, sino como deberíamos entenderla.

Interpretar Asia-Pacífico: que la historia nos absuelva

La historia de Asia ha sido siempre estudiada en función de la de Europa, por lo que en la actualidad existen corrientes académicas que claman por un estudio, si bien no independiente, sí autónomo de los procesos europeos, esto quiere decir, que así como es cierto que la historia asiática no puede desligarse de la europea, es igual de afirmativo suponer que no es reductible a ésta.

El eurocentrismo debe ser cuestionado con mayor fuerza en el estudio de esta región, ya que a pesar del impacto recibido por el colonialismo europeo, las culturas asiáticas no fueron absorbidas por Europa.

Asia no es un palimpsesto, es decir, un manuscrito que conserva huellas de otra escritura anterior, pero que han sido borradas para dar lugar a la que ahora existe. Para ello, como dice Chesneaux, es evidente que tenemos que buscar en el interior de Asia los resortes de su evolución.

Algunos de los vicios que tenemos que superar en el estudio de Asia-Pacífico, como de cualquier otra región son principalmente:

1) Desviación reduccionista: Aquí la historia es entendida como una acumulación de hechos, un conjunto de acontecimientos en un periodo determinado, sin articulación.

2) Desviación localista: No se toma en cuenta para el análisis, el espacio regional e internacional.

3) Desviación universalista: Es la visión de que existen verdades absolutas, válidas a través de todo el tiempo y el espacio.

4) Desviación coyuntural: Sólo se toma en cuenta la coyuntura, no el desarrollo histórico de los procesos.

5) Desviación eurocéntrica: Pretende interpretar los procesos históricos con base en el desarrollo de los procesos europeos.


Para combatir estas desviaciones, debemos de tener en consideración que:
  • Los acontecimientos no se dan en el vacío, sino que tales hechos tienen una relación con el pasado, con las relaciones sociales, culturales, religiosas, étnicas, económicas, y políticas, aquí resulta conveniente recordar la frase de Ortega y Gasset: “yo soy yo y mi circunstancia”.
  • Es necesario conocer la perspectiva histórica vista desde Asia, es decir, el otro lado de la moneda.
  • Comprender las etnias, y el problema de la integración. Asia no es una región homogénea, sino un crisol de culturas.
  • Estudiar la religión y los sistemas de pensamiento filosófico, así como su papel en los procesos de transformación.
  • Analizar la modernidad y su impacto en la región.
  • Refutar la idea de los milagros, y aceptar los fenómenos como resultado de los procesos históricos.

Conclusiones

“La posmodernidad desorganiza y reorganiza la procesualidad de las fases: tradición y modernidad dejan de contraponerse bajo el signo del antagonismo entre lo viejo (repetición) y lo nuevo (transformación). Según esto la modernidad no vino aquí a sustituir la tradición sino a entremezclarse con ella en una revoltura de signos que juntan atraso y avance, oralidad y telecomunicación, folclor e industria, mito e ideología, rito y simulacro”.

Nelly Richard


Las sociedades asiáticas, son en su mayoría, ejemplos del sincretismo, ya que conjugan sus tradiciones con valores modernos, que se consideran europeos, e incluso, en años más recientes, con actitudes posmodernas.

La modernidad, que era vista como una manera de romper con el pasado y de superar la tradición no se insertó de esa forma en Asia, los sujetos de la modernidad, que no sólo eran los europeos, sino también algunos grupos nativos, vieron como ésta fue asimilada por las sociedades asiáticas, adaptándola más que adoptándola, lo que la convirtió en las modernidades, pues ninguna penetró de la misma forma entre las culturas de la región.

Se ha creado, por lo tanto, una redefinición de la familia, la piedad filial, el rol de la mujer, la alimentación, la ropa, la política y las tradiciones, de la mano del proceso de colonialismo primero, democratización, urbanización e industrialización, después, que han traído conductas individualistas, incluso en sociedades como la coreana, donde el confucionismo tiene una gran vigencia como filosofía de vida, y que toma a la sociedad como un todo, que no puede prescindir del individuo en las relaciones de jerarquía.

No podemos, por lo tanto, buscar en el camino de Europa, el camino de Asia, ya que las especificidades en los procesos histórico-culturales asiáticos nos lo impiden.

Debemos entender que la identidad asiática en realidad son las identidades asiáticas, no es una sola, sino un mosaico de culturas con una gran diversidad lingüística y religiosa. Para ello resulta necesario impensar la manera en que vemos y estudiamos Asia, evitando buscar el reflejo de uno en el otro, porque eso sólo imposibilita que la conozcamos como realmente es.


Junio de 2008, México, D.F.



Bibliografía:

Chesneaux, Jean. Asia Oriental en los siglos XIX y XX. China, Japón, India, Sudeste asiático, Barcelona, Labor, 1969, pp. 214.

Gallardo, Helio. Fundamentos de formación política. Análisis de Coyuntura. Ed. Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI). San José, Costa Rica, 1988, pp. 132.

Romero Castilla, Alfredo. “Reflexiones sobre el estudio de la historia y la diversidad cultural de Asia”, pp. 81-98, en Arroyo Pichardo, Graciela y Romero Castilla, Alfredo. Regiones del mundo. Problemas y perspectivas: Diálogos para su estudio. Ed. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2002, pp. 247.

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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "La región Asia-Pacífico ante la búsqueda de Hermes", en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 16 de julio de 2008.