miércoles, 13 de mayo de 2009

México: el inicio de una política exterior activa después de la Revolución

México en la Sociedad de Naciones

México ingresa a la Sociedad de Naciones el 23 de septiembre de 1931, después de un largo proceso en el que recibió el respaldo de las principales potencias. Dentro de la organización, el país desempeño una posición brillante y altamente moral, en la que se ocupó de la defensa de los Estados más débiles, lo que queda claramente ejemplificado en el discurso que Isidro Fabela da en el seno de la Sociedad en defensa de Etiopía, que había sido invadida por Italia en 1935.

Entre otras cosas, México protesta por la invasión japonesa a Manchuria, en China, y sobre todo por la expansión alemana en Europa, lo que lo convierte en el único país que reclama la anexión de Austria por parte de Alemania, el 19 de marzo de 1938. De igual forma se une a la República española en su queja por la indiferencia de la organización, bajo pretexto del principio de la no intervención.

México, mas allá de convertirse en el santo patrono de las causas perdidas, en realidad fomentó y fortaleció sus principios de política exterior, y el papel que pretendía desempeñar en el nuevo escenario internacional.


México en el Sistema Interamericano

El sistema interamericano inicia en 1890 con la Unión de las Repúblicas Americanas, que toma cuerpo en la Unión Panamericana años después. Es dentro de este marco, que surgen las Conferencias Interamericanas, que irían de 1890 hasta 1948 con la creación de la Organización de los Estados Americanos.

México jugaría un rol protagónico en varios aspectos de la Unión, en especial a partir de la década de 1930, ya que su participación en las Conferencias le aseguraría el fortalecimiento de su prestigio en política exterior, sobre todo la Conferencia de Montevideo en 1933, donde sería un actor central, y la de Lima en 1938, donde incluso, el país promovería los derechos indígenas junto con Bolivia, lo que conduce a la realización del I Congreso Interamericano sobre la problemática indígena en Michoacán, y a la creación del Instituto Indigenista Interamericano.



El estallido de la Segunda Guerra Mundial

El estallido de la Segunda Guerra Mundial ocurre en 1939, en el que se enfrentaban las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) contra los países aliados, encabezados por Reino Unido y Francia principalmente, aunque después se incorporaría la Unión Soviética y los Estados Unidos.

En un principio la posición oficial de México fue la neutralidad, la cual incluso promovía en el continente, sin embargo, tras el hundimiento de dos buques petroleros nacionales, el “Potrero del Llano” y el “Faja de Oro”, por parte de Alemania, el gobierno mexicano le declara la guerra al Eje, el 22 de mayo de 1942.

En realidad la participación de México se suscribió a la de los Estados Unidos, contribuyendo con materias primas como el petróleo, con mano de obra para la industria estadounidense, y con el Escuadrón 201, integrado por 300 hombres que combatieron en la Guerra del Pacífico.

Esta posición le permitiría al país resultar victorioso en 1945, contando así, con la capacidad de negociar diversos temas con los Estados Unidos como país aliado.

(En la foto: Escuadron 201. Las "águilas aztecas")

La cultura mexicana en el mundo (1917-1940)

La cultura mexicana empezaría a experimentar un gran impulso al fin de la Revolución, en parte por que este último movimiento había generado una oleada cultural.

La literatura aborda los temas revolucionarios, y la situación de los mexicanos en el conflicto, novelas como Los de abajo de Mariano Azuela cobraría fama durante este periodo.
En el cine, se abriría el camino para la época dorada que empezaría en 1940. Surgen películas como "El compadre Mendoza" (1933), "El Prisionero 13" (1933) y "Vámonos con Pancho Villa" (1935) de Fernando de Fuentes. Para 1936 el filme "Allá en el Rancho Grande" marcaría una serie de éxitos para la industria cinematográfica del país.

La pintura también sería importante en esta etapa con el muralismo, liderado por Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo y José Clemente Orozco, que busca relatar la historia del país desde un punto de vista diferente al tradicional, ya que se mostraba la participación de la población en los grandes movimientos sociales y no sólo de los personajes centrales.

El periodo de 1917-1940 marcaría el inicio de una mayor vinculación entre la cultura y la identidad nacional que con el paso del tiempo cobraría fuerza en la vida cotidiana del mexicano.


(En la foto:"Madre campesina" de David Alfaro Siqueiros (1931) )


Fuentes de información

• La Sociedad de Naciones. Manual de la Sociedad de Naciones, Ginebra, Suiza, 1939, pp. 357.

• Connell-Smith, Gordon. El sistema interamericano. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1971, pp. 487.

• Monsiváis, Carlos. "Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX", pp. 957-1076, en Historia General de México, Ed. Colegio de México, México, 2002, pp. 1103.

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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "México: el inicio de una política exterior activa después de la Revolución", en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 13 de mayo de 2009.