sábado, 23 de enero de 2010

El petróleo: La piedra filosofal de la seguridad energética estadounidense

Según los creyentes de la alquimia, la piedra filosofal es una sustancia que tiene propiedades extraordinarias, como la capacidad para transmutar los metales vulgares en oro. El poder enigmático de esta hipotética sustancia no conoce límites y durante mucho tiempo fue ansiosamente buscada, con una fuerza que a veces rayaba en la obsesión. ¿Será el petróleo la piedra filosofal de nuestros días?”.

Odette Jiménez

El término piedra filosofal se ha vuelto muy común en el lenguaje metafórico de los medios de comunicación, así como también en la ciencia ficción, en películas tales como “Harry Potter y la piedra filosofal”, pero más allá del sentido harrypotteriano que Rowling le otorga a la piedra filosofal en su obra, esta codiciada piedra, cumple, cuando menos en palabras de la alquimia, con una función básica, transformar elementos usuales en extraordinarios. El petróleo en nuestros días, y cuando menos en la última centuria, ha cumplido con este rol, ya que una simple sustancia negra, puede convertirse en energía necesaria para mover vehículos, elevar aviones, encender la producción agrícola e industrial, así como dinamizar la economía misma.

En otras palabras, el petróleo es el llave de la seguridad energética mundial, pero…. ¿qué cosa es la seguridad energética?. En palabras de Jorge Eduardo Navarrete, investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, es “..la capacidad de un país para satisfacer- de manera suficiente, oportuna, competitiva y con productos de menor impacto ambiental- la demanda nacional de energía, en el presente y por un periodo razonable hacia el futuro….” (1). Lo anterior nos revela el enorme impacto que la disponibilidad de los energéticos representa para la seguridad nacional de cualquier Estado, tanto de aquellos productores, cuyo móvil es abastecer primariamente su mercado interno, exportando sólo el excedente; como de aquellos importadores, que deben buscar asegurarse fuentes de suministro externas confiables.

El concepto tiene sus orígenes en la crisis petrolera de 1973, cuando los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la mayoría, países de Medio Oriente, ordenaron un embargo petrolero, que provocó el súbito aumento de los precios de crudo internacionales, y una ola de pánico en las economías desarrolladas que creían, confiadamente, contar con esos recursos asegurados (2).

Cada país cuenta con una realidad energética distinta, ya que sus fuentes de abastecimiento, la disponibilidad de los recursos, la racionalidad con la que los administran, y las condiciones para seguir obteniéndolos, los hacen diferentes, de ahí, que Maplecroft, allá hecho un gráfico que nos muestre la vulnerabilidad de cada Estado en materia energética:


Como hemos visto hay países cuya seguridad energética corre un riesgo elevado inminente, de los cuales el más paradigmático es Estados Unidos, mientras que, por otro lado, hay algunos cuya seguridad energética está bajo control, la mayoría de ellos, concentrados en Medio Oriente. Esta tormentosa relación, entre Estados Unidos y los países de Medio Oriente, entre los que poseen abundantes recursos petroleros, y el que, a pesar de poseer bastantes, no puede solventar su propia economía sin importar una cantidad cada vez mayor de hidrocarburos, se vuelve compleja.

Michael Klare nos ilustra la excesiva dependencia estadounidense del petróleo árabe al describirnos la importancia que ésta tiene en el despliegue de fuerzas militares en el mundo, y en la configuración de la estrategia de política exterior que el país debe tomar para garantizar el abasto seguro de tales energéticos. La sed petrolera estadounidense ha sido, en buena medida, la causante de que el Comando Central haya participado en cuatro grandes conflictos armados en la zona del Medio Oriente: La Guerra Irán-Irak de 1980-1988, la Guerra del Golfo Pérsico en 1991, la de Afganistán en 2001, y la de Irak en 2003.


Desde 1980, la Doctrina Carter, que consideraba de vital interés para Estados Unidos la seguridad del suministro de petróleo del Golfo Pérsico, ha definido la conducta estadounidense en la región, misma que contaba para 2003 con los cinco mayores productores de petróleo del orbe (Arabia Saudita, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irán (3)) y con el “..65% de las reservas petroleras del mundo, de las cuales Estados Unidos importa casi el 20% de sus necesidades, Europa occidental el 43% y Japón el 68%..” (4).


Las fuerzas armadas estadounidenses, se convierten cada vez más, en palabras de Klare, en un servicio mundial de protección del petróleo, ya que intentan, a través del ejército y la fuerza, asegurar la producción, el almacenamiento, y las rutas de comercio petroleras, para que dicho recursos lleguen seguros a los Estados Unidos que consume el 25% de la producción petrolera total del mundo. Pero este papel como gendarme de los hidrocarburos, ha hecho que EE.UU. tenga que implicarse en guerras extranjeras para garantizar el seguro suministro del petróleo, cuyas importaciones ya representaban en 1998 el 50% de su consumo total, mientras que dicho consumo ha seguido en aumento (se estima que de 1991 al 2025 la demanda crecerá en un 44%), lo que desemboca lógicamente, en un creciente dependencia del exterior (5).

Una de las posibles claves para dejar de concentrar todas sus importaciones de países de Medio Oriente, sería diversificar sus compras y ampliar el abanico de países a los que les importa petróleo, sin embargo, sólo esta región tiene las reservas de tamaño proporcional al aumento de la demanda estadounidense e internacional, lo que significa que en el futuro, las opciones son muy reducidas.

Para el autor, el hecho de que Estados Unidos acuda con mayor frecuencia a países inestables y en vías de desarrollo, con la finalidad de que sean sus proveedores energéticos, está originando presiones sociales, económicas y políticas a largo plazo, que aumenten el riesgo de disturbios y conflictos bélicos, ya que en primer lugar, la presencia de compañías petroleras estadounidenses tiende a generar hostilidad de la gente hacia los Estados Unidos, y en segundo lugar, provoca una alteración en las economías nacionales de estos Estados, puesto que la riqueza proveniente de la venta del petróleo se canaliza y concentra en unas cuantas manos, creando aristocracias monopólicas que comandan las nuevas economías al estilo de auténticos Petro-Estados.

Otro de los grandes problemas futuros, será la competencia internacional por el dominio de los flujos del petróleo en el mundo, sobre todo, en la medida en que los países emergentes, cuyas industrias demandan cada vez más petróleo, comiencen a buscar nuevas fuentes de abastecimiento, concordando, todas ellas, en la necesidad de forjar nuevas alianzas con los países de Medio Oriente, que pueden desvirtuarse y convertirse en coaliciones con vínculos militares que rearmen la zona.

En resumen, son cuatro las tendencias claras que esboza Klare: 1) La creciente necesidad del petróleo importado, 2) Un aumento en la dependencia de países proveedores inestables, 3) Mayor riesgo de actos violentos antiestadounidenses, y 4) Una competencia entre países, cada vez más grande, para tener acceso a un recurso en disminución.

La dependencia, es quizá, la más incierta de las debilidades humanas, ya que todo obedece siempre a condiciones cambiantes, que terminan creando vínculos excesivos de necesidad, como ilustra el antiguo cuento persa del rey y el astrólogo:

Un joven astrólogo constantemente predecía para su país un pésimo futuro, que de acuerdo a él, se debía a las malas políticas del rey, así que este último, enojado por los comentarios absurdos del astrólogo, mandó a traerlo a su palacio, puesto que planeaba, con la ayuda de sus esclavos, arrogarlo por la ventana para matarlo.

Cuando el astrólogo entró al palacio, el rey quiso hacerle una última pregunta, para ver que tan acertadas eran sus predicciones, para lo cual le dijo: -¿sabes cuando será el día de tu muerte?- a lo que el astrólogo contestó -será exactamente, tres días antes que la suya-.


Desde entonces, el monarca protegió en todo momento al joven astrólogo, asegurándose de mantenerlo vivo, puesto que su vida dependía de ello, sin mucho resultado por cierto, ya que muchos años después, el rey muere, irónicamente, antes que el astrólogo.

El hecho de que el astrólogo, evitará su asesinato, se debe a que ejerció poder sobre el rey, el poder de hacerse necesitar, lo mismo ocurre en la relación entre los Estados Unidos y los países del Medio Oriente, del cual proviene el petróleo que el primero necesita para sustentar su economía, y es que debido a esa dependencia, deberemos esperar que muchas de las decisiones estadounidenses en materia de seguridad nacional y de política exterior hacia la región, estén orientadas a garantizar el suministro petrolero y por lo tanto, su seguridad energética.

Si bien, la “Edad de Piedra” no terminó por la falta de piedras, igualmente, la “Edad del Petróleo” no acabará por la falta del mismo, pero mientras eso pasa, dicho hidrocarburo será un factor de influencia en los mercados internacionales, en las próximas alianzas, guerras y en las relaciones internacionales, y la región del Medio Oriente, será el núcleo de esta emocionante, pero a la vez, aterradora dinámica, porque siguiendo nuevamente las leyes de la alquimia, mencionadas en el anime Full Metal Alchemist: “El hombre no puede ganar nada sin dar primero algo a cambio. Para crear algo de igual valor debe perderse, esa es la primera ley de la alquimia de la equivalencia de intercambio”, de ahí, que el precio que haya que pagar por el petróleo sea cada vez más elevado.

Notas al pie de página:


1) Jorge Eduardo Navarrete. “Transición y Seguridad Energéticas”, 26 de mayo de 2007. Versión electrónica: http://www.senado.gob.mx/reforma_energetica/content/foros/docs/27mayo2008_6.pdf

2) Lourdes Melgar y Enrique Velasco Ibarra. “Seguridad energética. Reflexión en torno a los retos y las alternativas para México”, en Foreign Affairs en español, Volumen 7, Número 2, abril-junio de 2007., pp. 11-21.

3) Nos dice Klare, con base en el BP Statistical Review of World Energy de 2003, que Arabia Saudita posee el 25% de las reservas verificadas de petróleo del mundo, Irak el 10.7%, EAU el 9.3%, Kuwait el 9.2% e Irán el 8.6%, lo que significa, que entre ellos cinco tienen el 62.8% de las reservas conocidas, p. 43.

4) Klare, Michael T. Sangre y petróleo. Peligro y consecuencias de la dependencia del crudo. Ed. Tendencias, Barcelona, España, 2006, p. 23.

5) Según datos del Departamento de Energía de Estados Unidos, nos dice Klare, las importaciones de petróleo sobre el total consumido, que eran de 55% en 2001, pasará a 58% en 2010, al 66% en 2020, y al 70% en 2025, p. 42.


Fuente de información: Klare, Michael T. Sangre y petróleo. Peligro y consecuencias de la dependencia del crudo. Ed. Tendencias, Barcelona, España, 2006, pp. 19-52.


Feliz año 2010! les desea el administrador, que celebra el segundo año de existencia de "El águila, el jaguar y la serpiente".

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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "El petróleo: La piedra filosofal de la seguridad energética estadounidense", en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 23 de enero de 2010.