sábado, 27 de marzo de 2010

Cooperación y conflicto en Asia Central: El caso del Valle de Ferghana



La región de Asia Central aún enfrenta muchos problemas, y si bien algunos de ellos se encubaron durante el periodo soviético, éstos no explotaron sino hasta después de la independencia. Este cáncer, que como diría el cantante Arjona, aún enferma al heredero, ha dejado profundas huellas en el desarrollo político y social de Asia Central.

Cada una de las Repúblicas confronta una serie de obstáculos que impiden hablar de una estabilidad regional, y es que la suma e interacción de asuntos perjudiciales tales como la sobrepoblación, la falta de diálogo interétnico e interreligioso, la mala distribución de recursos hídricos y de hidrocarburos, el autoritarismo, los problemas ambientales, el desempleo y la desigualdad, han llevado a la población centroasiática al borde de la crisis, gestándose bajo sus enaguas un futuro gran conflicto.

Existen tres tipos de conflictos étnicos actuales en la región, y que resultan fundamentales para explicar gran parte de los problemas a los que se enfrentan los habitantes, y me refiero a la relación tormentosa: 1) Entre los indígenas y los eslavos, 2) Entre los diversos grupos étnicos, y 3) Al interior de los mismos grupos étnicos. Estos niveles, cabe decir, se dan tanto en la relación entre los Estados centroasiáticos, como dentro de ellos mismos.

En Asia Central se encuentra un lugar, que por sus características, presenta un alto potencial de confrontación, y me refiero al Valle de Ferghana, un espacio que comparten tres Repúblicas, a saber: Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán, habitado por una mayoría Uzbeka. Esta región posee una alta densidad de población, diversas religiones y etnias, lo que si bien no representa un conflicto per se, la mala comunicación entre ellas si lo presenta. Si a estos elementos le sumamos la falta de agua, y la desigualdad económica, entonces tendremos el mapa completo, mapa que nos muestra como el Valle de Ferghana requiere de una revolución interna, que modifique los patrones de conducta en las relaciones sociales.

En 1989-90, hubo dos grande enfrentamientos, el primero entre Uzbekos y Mezkhetos, y el segundo entre Uzbekos y Kirguizes, lo que apunta un conflicto latente, pues el tema, lejos de haberse resuelto, sólo se ha venido postergando, e incluso, borrando de los discursos políticos e históricos, lo que resulta preocupante, sobre todo si tomamos en cuenta que las causas sociales, políticas y económicas que los generaron aún continúan vigentes.

Un factor que podría ayudar a menguar las contradicciones al interior de la región podría ser la cooperación, en sus dos esferas, la interna y la externa. Al interior, el papel de las Organizaciones No Gubernamentales resultará importante, sobre todo en la medida en que dichas ONGs puedan tender puentes de acercamiento entre las diversas etnias, y busquen trasladar parte de la solución a la sociedad civil. Mientras que a nivel internacional, dependerá de la relación entre las Repúblicas, y de su capacidad para crear soluciones conjuntas, que haya éxito en evitar una catástrofe mayor, pero para ello, se debe empezar a promover una cooperación horizontal entre los cinco Estados centroasiáticos, y alejarse de las viejas fórmulas de paternalismo y nacionalismo, en las que, tanto se cree que el exterior es el causante de los males, como el responsable de solucionar los problemas.

Bibliografía:

• Tabyshalieva, Anara. The Challenge of Regional Cooperation in Central Asia. Preventing Ethnic Conflict in the Ferghana Valley. United States Institute of Peace, Estados Unidos, Junio de 1999, 50 pp.

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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "Cooperación y conflicto en Asia Central: El caso del Valle de Ferghana", en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 27 de marzo de 2010.