lunes, 30 de mayo de 2011

Cuando Rusia conquistó Asia Central: El cómo avanzó sobre una terra ignota



En los momentos que escribo estas líneas puedo escuchar en el fondo a los Enanitos Verdes recordándome que “en algún lugar de un gran país olvidaron construir un lugar donde no queme el sol, y al nacer no haya que morir”, y eso, inevitablemente, me incentiva a pensar en Rusia, un gran país sin duda, que había olvidado construir nuevas bases en tierras inexploradas, y me refiero a Asia Central, una región vecina que no figuraba en la lista de las grandes guerras expansionistas rusas, cuando menos no hasta finales el siglo XIX, cuando tras la escasez de algodón por la Guerra Civil estadounidense, la derrota en la Guerra de Crimea, y las ansias de poder, Rusia voltea su mirada a un rincón que prometía nuevas aventuras.


En poco tiempo, se había logrado la articulación del territorio por medio de infraestructura ferroviaria, un comercio creciente y una relación de dominación. Rusia había ganado el “gran juego”, derrotando a su eterno rival Reino Unido, que veía en ese movimiento una amenaza a sus colonias asiáticas más prósperas y extensas: las Indias.


Poco fue el tiempo que duró la sumisión de Asia Central al régimen zarista, ya que éste fue destruido por la Revolución Rusa de 1917, que ahora pacería despertar nuevas ilusiones en la reconfiguración de relaciones en un país liderado por los bolcheviques.


Como todo cuento de hadas, el encanto se acabó antes de la medianoche, y es que los socialistas, al igual que sus predecesores, desconocían la realidad de la región, o si la conocían, no simpatizaban con ella. Si bien Lenin no impulsó medidas extremas para rusificar Asia Central, tampoco sentó las bases de políticas que la evitarán en el corto plazo, e incluso afirmaba que debía combatirse a la religión, pues ésta era el opio de los pueblos.



Lo anterior nos muestra lo poco que se sabía de las culturas centroasiáticas, que veían en el Islam la piedra angular en la que se había construido la sociedad, lo que la convertía en un elemento indisociable de la identidad nacional.


Stalin, con mayor ahínco que sus antepasados políticos, se encargó de borrar cualquier rastro de esas culturas que se considerara una amenaza a la identidad rusa, enseñándoles el alfabeto latino, y después el cirílico, para menguar el poder de sus lenguas.


Los años 1922 y 1923 constituyeron una excepción a la norma, ya que se les permitió el uso del Islam en las escuelas, y la construcción de mezquitas, pero nuevamente, la paz era efímera. El sentimiento ruso de islamofobia contrastó con la esperanza de una conciliación, la creída superioridad de Rusia la liquidó completamente. La "cultura bolchevique" se colocaba en el ranking nacional como la primera y única aceptada.


La pelea de algunos miembros comunistas islámicos representó una fuerza de oposición digna de mencionar, pero insignificante si analizamos el panorama entero, figuras como Sultangaliev llevarían en sus discursos la necesidad de reconciliar la vida política cotidiana con el Islam.


Para continuar con mi analogía inicial diré que los rusos llegaron a pensar que en Asia Central “...la tierra ahí es de otro color, el polvo no te deja ver, los hombres ya no saben si lo son, pero lo quieren creer..”. Todo parece indicarnos que el desconocimiento de la organización política, religiosa y social estaba ligado de forma tal que cualquier visión errónea de sus sociedades llevaría al desastre, tal y como ocurrió.


Es por todo lo anterior, que difiero de Stephen Blank, cuando dice que debido al fin de la Unión Soviética debemos tomar la experiencia rusa en Asia Central como un simple y puro hecho de la historia, en cambio, propongo que la veamos como un proceso en continuidad, pues la historia no es una estampilla más del álbum, sino una secuencia de fotos, de allí que la influencia de esta etapa en la vida de los pueblos centroasiáticos aún tenga consecuencias presentes muy importantes.


Bibliografía:

• Blank, Stephen. “Soviet reconquest of Central Asia”, en Hafeez, Malik. Central Asia: It´s strategic importance and future prospects, New York, St. Martin´s Press, 1994, pp. 39-63.

• Anderson, John. The International Politics of Central Asia, Manchester University, 1997, pp. 3-30.


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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "Rusia conquistó Asia Central: El cómo avanzó sobre una terra ignota" , en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 30 de mayo de 2011.