sábado, 1 de diciembre de 2012

El gabinete de Peña Nieto: Un retorno al pasado con sabor a continuidad


Uno de los aspectos que más se le criticaron a Peña Nieto durante las elecciones es que, de todos los candidatos a la presidencia, él fue el único que nunca quiso dar un solo nombre de quien integraría su gabinete.

Lo anterior pareciera inverosímil, puesto que no hubo muchas sorpresas dentro de las designaciones hechas, los nombres de quienes formarán el gobierno entrante ya figuraban en la lista de posibilidades desde el periodo de campañas, lo que prueba que Peña Nieto no tenía grandes dudas sobre quienes serían parte de su equipo de trabajo, sino en que cargos se les colocaría.

Como todo gabinete, éste es resultado del proceso de negociaciones entre los grupos de poder más cercanos al presidente, lo que se hace evidente en el hecho de que los próximos secretarios de Estado tienen más expertise en el manejo político que en los temas que cada una de las dependencias desarrolla. Salvo contadas excepciones, la mayoría de los miembros que componen el gabinete actual, no tiene experiencia en el área que encabezarán.

La formación del gabinete de todo gobernante nos da indicios de que busca alcanzar en cada uno de los rubros, de ahí que podamos sacar algunas conclusiones adelantadas:

*Miguel Ángel Osorio Chong: Designado Secretario de Gobernación. Con la salida inmediata de Humberto Moreira y Tomás Yarrington, Osorio quedó, junto con Luis Videgaray, como el hombre fuerte de mayor cercanía a Peña Nieto. Su experiencia como gobernador de Hidalgo, y su puesto como operador político en el Partido Revolucionario Institucional, así como el papel que tuvo en las pasadas elecciones en el Estado de México y en la construcción de una red de votos en la campaña presidencial, le colocan como un hábil negociador político para el gobierno entrante, en que es de rescatar dos cualidad: su lealtad a Peña Nieto y su amplia agenda de contactos políticos. 


Dos serán los mayores retos que tenga, el primero, conciliar con el PRD y el PAN para lograr acuerdos políticos importantes que den mayor estabilidad al gobierno y una resolución menos áspera a las propuestas y reformas que provengan del ejecutivo; y en segundo lugar, conducir la política de seguridad interna, que al absorber a la Secretaría de Seguridad Pública adquiere más facultades en el área, en especial, deberá dar pruebas de pulcritud y de combate a la corrupción, en parte, porque uno de los temores y acusaciones hechas al PRI en la campaña electoral fue que podría pactar con el narcotráfico, por lo cual deberá ser muy claro en su distancia frente al crimen organizado, más aún porque Osorio Chong fue acusado por la Procuraduría General de la República en 2010 por tener vínculos con los Zetas y por los delitos de lavado de dinero y crimen organizado; si bien, en 2011 fue exonerado por la subprocuraduría de Investigación Especializada en Delicuencia Organizada (SIEDO), deberá evitar cualquier vinculación de este tipo. 


*José Antonio Meade: Desigando Secretario de Relaciones Exteriores. Parece que Meade será uno de los pocos integrantes del próximo gabinete, que formaron parte del gobierno de Calderón. Meade fue Secretario de Energía en 2011, cargo en el que permaneció poco tiempo, pues más adelante ocupó la Secretaría de Hacienda en sustitución de Ernesto Cordero. 

Durante las pasadas elecciones, Peña Nieto dio a conocer poco sobre la agenda de trabajo que llevaría a cabo en temas de política exterior, sin embargo, dejó en claro sus prioridades en este eje: el libre comercio y la inversión extranjera;  por tanto, no es de sorprendernos que el titular de esta dependencia tenga una carrera en Economía por el ITAM y un Doctorado en la misma área por la Universidad de Yale, además de que la mayor parte de su trayectoria política se haya desarrollado en la Secretaría de Hacienda.






*General Salvador Cienfuegos y el Almirante Francisco Soberón Sanz: Secretaría de la Defensa Nacional y Secretaría de Marina. Otro de los temas por los que Peña Nieto recibió fuertes críticas, incluida de  altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos, fue la ambigüedad en su política de seguridad y en la lucha contra el narcotráfico. Las presiones para no bajar la intensidad de la llamada “guerra contra el narcotráfico” llevó al candidato tricolor a buscar asesores en el área que daban cierta confianza a quienes aún le apuestan a este tipo de acciones.

La designación de estos dos personajes en el área de seguridad, parece indicar que la estrategia que el gobierno entrante planteará sobre el tema será muy parecida a la de la anterior administración. Salvador Cienfuegos fue Oficial Mayor de la SEDENA en el gobierno de Calderón, mientras que Francisco Soberón fue secretario particular de Francisco Saynez, Secretario de Marina en el gabinete calderonista.

*Manuel Mondragón y Kalb: Subsecretaría de  Seguridad Pública.  Mondragón cuenta con una amplia experiencia en la administración pública. Se ha desempeñado recientemente como Secretario de Seguridad Pública en el Distrito Federal.

Esta área se estrena en sustitución de la Secretaría de Seguridad Pública, lo que parece dar varios mensajes, el primero es que los temas de seguridad pasarán directamente por el Secretario de Gobernación, y el segundo, es que se espera continuar o desarrollar una política no tan lejana a la calderonista en los temas referentes al papel del Ejército y la Marina en el combate al narcotráfico, pero que se planea, a su vez, una aproximación distinta al tema desde las instancias de la seguridad pública, donde podrán venir los mayores cambios, como el papel de la policía nacional.

*Emilio Chuayffet: Secretaría de Educación Pública. Fue Gobernador del Estado de México de 1993 a 1995, año en que fue nombrado Secretario de Gobernación en la administración de Ernesto Zedillo.

Chuayffet fue Secretario de Educación en el Estado de México. El mensaje de su designación parece adverso a Elba Esther Gordillo, lideresa vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quien no tiene una buena relación con Chuayffet, puesto que éste asumió el cargo de Coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados en 2003, cuando Elba Esther fue expulsada de dicho partido.

Nombramientos como el Pedro Joaquín Coldwell (Presidente del PRI) en la Secretaría de Energía, Enrique Martínez y Martínez (ex Gobernador de Coahuila) en la Secretaría de Agricultura, Alfonso Navarrete Prida (ex Procurador del Estado de México) en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Juan José Guerra Abud (ex Diputado Federal) en la Secretaría de Medio Ambiente (una concesión al Partido Verde), Jorge Carlos Ramírez Marín (ex Diputado Federal) en la Secretaría de la Reforma Agraria, Claudia Ruiza Massieu Salinas (ex Diputada Federal) en la Secretaría de Turismo, Jesús Murrillo Karam (presidente de la Camará de Diputados) en la Procuraduría General de la República (este puesto debe ser confirmado por el Senado, de ahí que quizá se haya seleccionado a un legislador en funciones en vez de a Navarrete Prida, que tiene más experiencia en el área) o Rosario Robles (ex Jefe de Gobierno del DF) en la Secretaría de Desarrollo Social (donde el mensaje es imprimirle ciertos tintes de izquierda a la política social), muestran más un acuerdo político, un premio por sus servicios prestados durante la campaña electoral, que una verdadera intención y dirección frente a los temas de cada cartera, ya que ninguno de ellos cuenta con amplia experiencia para los puntos de la agenda de sus respectivos departamentos.

Dos mensajes son claros, hay dos reformas en puertas que son de suma importancia para el gobierno de Peña Nieto, la Reforma Fiscal, que estará encabezada por Luis Videgaray desde la Secretaría de Hacienda y la Reforma Energética bajo responsabilidad de Pedro Joaquín Coldwell como Secretario de Energía y de Emilio Lozoya Austin, al frente de Petróleo Mexicanos, este último, un hombre de confianza de Peña Nieto, y un personaje con suficiente aprobación por parte de las altas esferas económicas a nivel internacional, al grado que ha sido director para América Latina del Foro Económico Mundial, lo que pudiera darnos un mensaje: en PEMEX se buscará inversión extranjera.   

Si analizamos la trayectoria de los funcionarios que integrarán el gobierno de Peña Nieto, podemos concluir que dos son las características más notorias: su capacidad para negociar y armar alianzas y acuerdos políticos y su experiencia en los temas de economía. De los nombramientos presentado, 10 son abogados y 8 economistas.

El gabinete presentado no rompe con la tendencia ideológica de, por lo menos, las últimas cuatro administraciones en México: Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, donde más allá de los diferentes matices en su discurso, han seguido una línea basada en el modelo neoliberal: apertura económica, atracción de inversión extranjera, libre comercio, buena salud en los indicadores macroeconómicos, privatizaciones y una mermada interferencia del Estado en las reglas del mercado, de ahí que ninguno haya reparado en la creciente desigualdad económica de México y en la necesidad de mecanismos que coadyuven a la distribución de la riqueza.

La regla de oro se ha vuelto intocable: antes de distribuir la riqueza, hay que generarla; el grave problema, aparentemente invisible para los políticos, es que el país ya cuenta con ella, baste hacer referencia a las ganancias de múltiples empresarios mexicanos, que cada año aparecen con más honores en los cuadros de revistas como Forbes.

Si bien es posible identificar líneas tecnócratas y políticos de escritorio en el equipo de Peña Nieto, a diferencia de los gabinetes de Fox y Calderón, en éste hay vistos de un mayor pragmatismo y habilidad política que les permite desmarcarse de ciertas posturas e incluso propuestas y abonar en el terreno de la negociación; de ahí, que pareciera, la principal apuesta de su gobierno es la de alcanzar reformas con relativo consenso en el Legislativo, que fue una de las grandes debilidades del panismo.

Un comercial del PRI en la campaña presidencial llamó mucho la atención, en aquél el eslogan decía que el PRI iba a solucionar los problemas de México con una sola respuesta: Gobernando. Nunca se nos dijo en qué forma, a qué costo ni con que estrategias, ya que nunca fueron muy claras en la campaña, pero una cosa parece segura, la formación de este gabinete busca resultados mediáticos, prácticos e inmediatos; resultados que le confieran al gobierno una imagen de fortaleza y un retorno a la vieja idea de que “aquellos roban, pero al menos saben gobernar”. 

Este gobierno da muestras claras de su intención en continuar con el mismo modelo económico y con la mayoría de las políticas públicas seguidas en las últimas dos décadas, aún cuando también de indicios de un regreso al pasado en las prácticas, protocolos y discursos que desde los políticos provengan.  

Fuentes:



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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "El gabinete de Peña Nieto: Un retorno al pasado con sabor a continuidad" , en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 01 de diciembre de 2012.

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