Por Juan Pippia, columnista invitado, licenciado en Ciencia Política de la UBA y estudiante de la maestría de Relaciones y Negociaciones Internacionales de Flacso-San Andrés. 17 julio 2009
En un reciente artículo, titulado “La venganza de la geografía” publicado en (Foreign Policy) Edición en español, Robert Kaplan vuelve a poner en la agenda de las Relaciones Internacionales la vigencia e importancia de la geopolítica. El artículo, hace una revisión de los principales temas de la política internacional pero son analizados, con una mirada centrada en la geopolítica. En el artículo, conceptos como fronteras naturales, espacios, accidentes geográficos, territorios y recursos reemplazan a términos como regionalismo abierto, arancel externo común, interdependencia, conectividad e impacto ambiental.
A continuación, enumero 3 temas que no advierte Kaplan en su artículo y, sin embargo, merecen ser analizados desde una perspectiva propia de la geopolítica.
El pensamiento estratégico brasileño.
Como todos saben, entre los años 2007 y 2008, Petrobrás descubrió los mayores yacimientos petrolíferos de los últimos 30 años. Una vez que se comiencen a explotar, Brasil pasará al, cada vez más reducido, club de los países exportadores de crudo.
Sin embargo, nunca fue noticia la reiterada insistencia de la Marina y del Ministerio de Defensa brasileño, sobre la importancia del Océano Atlántico, en la estrategia general de Brasil. En un intento de concientizar a su sociedad, los estrategas brasileños, denominaron a su mar territorial como “Amazonía Azul”. Sabían el 90% de su comercio exterior pasa por el mar y así como también - mucho antes de que se realizaran los descubrimientos de Petrobrás – sabían que sus potenciales reservas, solamente podrían encontrarlas off-shore. De esta forma, no debe sorprendernos que en su Plan Estratégico para la Defensa Nacional (2008) adviertan que es prioritario desarrollar la capacidad para… A) Negar el uso del mar a una fuerza hostil B) Control de áreas marítimas y C) Proyectar poder. A diferencia del tsunami de 2004, que dejo en evidencia las insuficiencias de la Marina de China (por sus siglas en inglés, PLAN), el accidente de Air France 447 revelo la creciente capacidad de la Marina brasileña.
La militancia regional de Sudáfrica.
Probablemente, todos sepan que Sudáfrica será la sede del próximo Mundial de Fútbol. Pero, seguramente, desconocen que Sudáfrica es una Potencia Media que se está erigiendo como el arquitecto institucional y geopolítico de su continente. Bajo el liderzazo de Pretoria, se construyeron y se están desarrollando los principales mecanismos de Regional Governance.
En su haber se encuentra la SACU (South African Custom Union) un área de libre comercio integrada por Sudáfrica, Namibia, Bostwana, Lesotho y Swazilandia.
Luego motorizo la transformación de la SADC (Southern African Development Community) en una organización para promover el desarrollo económico, la planificación conjunta y la seguridad regional. La SADC, totaliza 15 miembros y se extiende por todo el Sur de África.
Por último, junto a Nigeria, protagonizo la reconversión de la Unión Africana (UA). La misma, tiene por objetivos promover la integración regional, coordinar políticas y efectuar distintos programas. Cuenta con un Parlamento y con un pequeño Consejo de Seguridad, a nivel regional, denominado Peace and Security Council, al cual 15 países se adhirieron. Este órgano tiene la facultad de instrumentar Misiones de Paz de la ONU y se encuentra legalmente posibilitada de intervenir en asuntos internos de los Estados, cuando se sucedan situaciones críticas, como crímenes de lesa humanidad.
En síntesis, podemos afirmar que Sudáfrica utiliza a las instituciones regionales como mecanismos de propagación de la paz, crecimiento y estabilidad. Creando una serie de círculos concéntricos, de “doble mano”: es decir, por un lado actúan como Buffer Zone, frente a la inestabilidad y los spill over de los conflictos regionales. Pero al mismo tiempo, disfrazándose en ropajes de las instituciones regionales, son una discreta forma de proyectar influencia por parte de Pretoria.
La estrategia de Seguridad Energética de Japón.
Los japoneses son los 3° consumidores globales de crudo. Sin embargo, - más allá de la energía nuclear - no poseen reservas de crudo ni de ningún recurso energético. Sumada a la carencia energética, la Seguridad Energética de Japón debe lidiar con una dinámica de seguridad regional, poco favorable a sus intereses. Si prestamos atención al mapa del Noreste de Asia, notaremos que Japón se encuentra:
-Amenazado por el desarrollo misilístico y nuclear de Corea del Norte.
-Apoyando la construcción de oleoductos y gasoductos provenientes de Rusia, a pesar de conservar un diferendo limítrofe (Islas Kuriles) y de la reiterada voluntad de Moscú de utilizar, políticamente sus recursos energéticos.
-A pesar de ser ambos aliados de los EE UU, la relación Seúl-Tokio aún no puede ser denominada de cooperación. Existen todavía recelos que impiden el desarrollo de una agenda conjunta.
-Temeroso del ascenso de China. Temor que reviste varios matices…
Se sostiene un diferendo limítrofe sobre las Islas Spratley; en cuyas aguas adyacentes se especula con la existencia de reservas de hidrocarburos.
China podría bloquear o sabotear los proyectos y planes japoneses para proveerse desde Rusia o Asia Central. En caso de un conflicto mayor (como por ejemplo Taiwán) China podría bloquear el Estrecho de Malaca poniendo en riesgo el abastecimiento de Japón. A pesar de contar con una menor espalda financiera Beijing puede ofrecer mejores ofertas a aquellos Rouge-State petroleros. Esta ventaja la sostiene gracias a su política de no intervención en asuntos internos, su avanzada industria militar que utiliza como carta de negociación y sobretodo el respaldo que puede ofrecer desde su silla en el Consejo de Seguridad.
En síntesis, la Seguridad Energética de Japón presenta dilemas que, holgadamente, sobrepasan el plano económico-energético y deberán resolverse en el plano de la estrategia, la seguridad y, por supuesto, la geopolítica.
Sin negar la profundidad ni la fuerza del proceso de globalización, podemos observar que la geopolítica y sus formulaciones estratégicas, son complementarias y no contradictorias, a dicho proceso. El pensamiento geopolítico, sigue vigente y moldea el pensamiento de las elites de los Estados. También debemos afirmar que la visión geopolítica, no necesariamente, entra en colisión con la perspectiva de la globalización. La geopolítica opera, principalmente, en el área de la seguridad, mientras que la perspectiva de la globalización influye en el área económica. Por lo tanto pueden convivir, en una misma estrategia nacional, el pensamiento geopolítico y estratégico de Tucídides, Harold Mackinder y Zbigniew Brzeznski con el enfoque global y aperturista de Adam Smith, Frederick Hayek y Kenichi Ohmae. A modo de conclusión, podemos advertir que en la realidad no encontramos los tipos ideales de Richard Rosecrance (Trading State y Politik-Military State) sino una combinación de ambos.
En un reciente artículo, titulado “La venganza de la geografía” publicado en (Foreign Policy) Edición en español, Robert Kaplan vuelve a poner en la agenda de las Relaciones Internacionales la vigencia e importancia de la geopolítica. El artículo, hace una revisión de los principales temas de la política internacional pero son analizados, con una mirada centrada en la geopolítica. En el artículo, conceptos como fronteras naturales, espacios, accidentes geográficos, territorios y recursos reemplazan a términos como regionalismo abierto, arancel externo común, interdependencia, conectividad e impacto ambiental.
A continuación, enumero 3 temas que no advierte Kaplan en su artículo y, sin embargo, merecen ser analizados desde una perspectiva propia de la geopolítica.
El pensamiento estratégico brasileño.
Como todos saben, entre los años 2007 y 2008, Petrobrás descubrió los mayores yacimientos petrolíferos de los últimos 30 años. Una vez que se comiencen a explotar, Brasil pasará al, cada vez más reducido, club de los países exportadores de crudo.
Sin embargo, nunca fue noticia la reiterada insistencia de la Marina y del Ministerio de Defensa brasileño, sobre la importancia del Océano Atlántico, en la estrategia general de Brasil. En un intento de concientizar a su sociedad, los estrategas brasileños, denominaron a su mar territorial como “Amazonía Azul”. Sabían el 90% de su comercio exterior pasa por el mar y así como también - mucho antes de que se realizaran los descubrimientos de Petrobrás – sabían que sus potenciales reservas, solamente podrían encontrarlas off-shore. De esta forma, no debe sorprendernos que en su Plan Estratégico para la Defensa Nacional (2008) adviertan que es prioritario desarrollar la capacidad para… A) Negar el uso del mar a una fuerza hostil B) Control de áreas marítimas y C) Proyectar poder. A diferencia del tsunami de 2004, que dejo en evidencia las insuficiencias de la Marina de China (por sus siglas en inglés, PLAN), el accidente de Air France 447 revelo la creciente capacidad de la Marina brasileña.
La militancia regional de Sudáfrica.
Probablemente, todos sepan que Sudáfrica será la sede del próximo Mundial de Fútbol. Pero, seguramente, desconocen que Sudáfrica es una Potencia Media que se está erigiendo como el arquitecto institucional y geopolítico de su continente. Bajo el liderzazo de Pretoria, se construyeron y se están desarrollando los principales mecanismos de Regional Governance.
En su haber se encuentra la SACU (South African Custom Union) un área de libre comercio integrada por Sudáfrica, Namibia, Bostwana, Lesotho y Swazilandia.
Luego motorizo la transformación de la SADC (Southern African Development Community) en una organización para promover el desarrollo económico, la planificación conjunta y la seguridad regional. La SADC, totaliza 15 miembros y se extiende por todo el Sur de África.
Por último, junto a Nigeria, protagonizo la reconversión de la Unión Africana (UA). La misma, tiene por objetivos promover la integración regional, coordinar políticas y efectuar distintos programas. Cuenta con un Parlamento y con un pequeño Consejo de Seguridad, a nivel regional, denominado Peace and Security Council, al cual 15 países se adhirieron. Este órgano tiene la facultad de instrumentar Misiones de Paz de la ONU y se encuentra legalmente posibilitada de intervenir en asuntos internos de los Estados, cuando se sucedan situaciones críticas, como crímenes de lesa humanidad.
En síntesis, podemos afirmar que Sudáfrica utiliza a las instituciones regionales como mecanismos de propagación de la paz, crecimiento y estabilidad. Creando una serie de círculos concéntricos, de “doble mano”: es decir, por un lado actúan como Buffer Zone, frente a la inestabilidad y los spill over de los conflictos regionales. Pero al mismo tiempo, disfrazándose en ropajes de las instituciones regionales, son una discreta forma de proyectar influencia por parte de Pretoria.
La estrategia de Seguridad Energética de Japón.
Los japoneses son los 3° consumidores globales de crudo. Sin embargo, - más allá de la energía nuclear - no poseen reservas de crudo ni de ningún recurso energético. Sumada a la carencia energética, la Seguridad Energética de Japón debe lidiar con una dinámica de seguridad regional, poco favorable a sus intereses. Si prestamos atención al mapa del Noreste de Asia, notaremos que Japón se encuentra:
-Amenazado por el desarrollo misilístico y nuclear de Corea del Norte.
-Apoyando la construcción de oleoductos y gasoductos provenientes de Rusia, a pesar de conservar un diferendo limítrofe (Islas Kuriles) y de la reiterada voluntad de Moscú de utilizar, políticamente sus recursos energéticos.
-A pesar de ser ambos aliados de los EE UU, la relación Seúl-Tokio aún no puede ser denominada de cooperación. Existen todavía recelos que impiden el desarrollo de una agenda conjunta.
-Temeroso del ascenso de China. Temor que reviste varios matices…
Se sostiene un diferendo limítrofe sobre las Islas Spratley; en cuyas aguas adyacentes se especula con la existencia de reservas de hidrocarburos.
China podría bloquear o sabotear los proyectos y planes japoneses para proveerse desde Rusia o Asia Central. En caso de un conflicto mayor (como por ejemplo Taiwán) China podría bloquear el Estrecho de Malaca poniendo en riesgo el abastecimiento de Japón. A pesar de contar con una menor espalda financiera Beijing puede ofrecer mejores ofertas a aquellos Rouge-State petroleros. Esta ventaja la sostiene gracias a su política de no intervención en asuntos internos, su avanzada industria militar que utiliza como carta de negociación y sobretodo el respaldo que puede ofrecer desde su silla en el Consejo de Seguridad.
En síntesis, la Seguridad Energética de Japón presenta dilemas que, holgadamente, sobrepasan el plano económico-energético y deberán resolverse en el plano de la estrategia, la seguridad y, por supuesto, la geopolítica.
Sin negar la profundidad ni la fuerza del proceso de globalización, podemos observar que la geopolítica y sus formulaciones estratégicas, son complementarias y no contradictorias, a dicho proceso. El pensamiento geopolítico, sigue vigente y moldea el pensamiento de las elites de los Estados. También debemos afirmar que la visión geopolítica, no necesariamente, entra en colisión con la perspectiva de la globalización. La geopolítica opera, principalmente, en el área de la seguridad, mientras que la perspectiva de la globalización influye en el área económica. Por lo tanto pueden convivir, en una misma estrategia nacional, el pensamiento geopolítico y estratégico de Tucídides, Harold Mackinder y Zbigniew Brzeznski con el enfoque global y aperturista de Adam Smith, Frederick Hayek y Kenichi Ohmae. A modo de conclusión, podemos advertir que en la realidad no encontramos los tipos ideales de Richard Rosecrance (Trading State y Politik-Military State) sino una combinación de ambos.
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