La Oligarquía, como dice Orlando Nuñez, esta ligada a privilegios familiares hereditarios, así como al reconocimiento social de una estirpe, al poder concentrado en una red familiar, es decir, a un grupo reducido de familias que tradicionalmente han controlado el poder político, económico y cultural de un país, valiéndose del parentesco, la endogamia, y la herencia, algo parecido a los aristócratas griegos o a los patricios romanos[1].
Tradicionalmente, Estados Unidos ha sido una oligarquía, sobre todo, cuando análizamos el hecho de que la economía no esta separada de la política.
Ya desde finales de la década de 1950, el sociólogo estadounidense Charles Wright Mills en su libro Las elites en el poder, en el que relata no sólo el reducido grupo de familias que controlan a los Estados Unidos, sino el propio sistema de tradiciones y enseñanzas de la elite para preservar ese liderazgo.
Como dice Lorenzo Meyer en referencia a esta visión[2]:
Mills definió al poder como la capacidad de los individuos para tomar las decisiones fundamentales en torno a los arreglos institucionales de su comunidad, así como en relación a los hechos que dan forma a la historia de su tiempo. Observando la situación en Estados Unidos en plena Guerra Fría, lo que le llamó la atención no fue tanto lo reducido del número de quienes realmente tomaban las grandes decisiones en esa nación -eso era lo esperado- sino tres factores adicionales. Primero, el amplio alcance de estas decisiones, al punto de que la persona que se encontraba en la cima de la estructura de poder podía oprimir el botón que desataría la guerra atómica y, por tanto, destruir a una buena parte de la humanidad o incluso a toda. Segundo, lo entrelazado de los intereses y la similitud de visiones de ciertas élites. Finalmente, la capacidad de esas minorías para apoyarse mutuamente y sostenerse frente a la no-élite, la masa.Mills identificó en Estados Unidos a tres minorías que sobresalían por sus dotes para acumular poder: las que controlaban a las instituciones políticas, militares y a las grandes corporaciones privadas. Los individuos que efectivamente dominaban esos tres órdenes institucionales eran muy pocos, en gran medida provenían de las mismas esferas sociales, interactuaban constantemente e incluso intercambiaban sus puestos: un hombre de empresa podía dar el salto a un alto puesto político (un ejemplo actual es el vicepresidente norteamericano, Dick Cheney, que antes dirigía la empresa Halliburton), un alto mando militar podía terminar en un alto puesto político (recuérdese el caso del general Colin Powell que terminó en secretario de Estado norteamericano) y un alto político podía ser el administrador de una gran empresa privada (de nuevo, resalta el caso de Cheney, que antes de llegar a manejar Halliburton había servido en la Casa Blanca).
Tradicionalmente, Estados Unidos ha sido una oligarquía, sobre todo, cuando análizamos el hecho de que la economía no esta separada de la política.
Ya desde finales de la década de 1950, el sociólogo estadounidense Charles Wright Mills en su libro Las elites en el poder, en el que relata no sólo el reducido grupo de familias que controlan a los Estados Unidos, sino el propio sistema de tradiciones y enseñanzas de la elite para preservar ese liderazgo.
Como dice Lorenzo Meyer en referencia a esta visión[2]:
Mills definió al poder como la capacidad de los individuos para tomar las decisiones fundamentales en torno a los arreglos institucionales de su comunidad, así como en relación a los hechos que dan forma a la historia de su tiempo. Observando la situación en Estados Unidos en plena Guerra Fría, lo que le llamó la atención no fue tanto lo reducido del número de quienes realmente tomaban las grandes decisiones en esa nación -eso era lo esperado- sino tres factores adicionales. Primero, el amplio alcance de estas decisiones, al punto de que la persona que se encontraba en la cima de la estructura de poder podía oprimir el botón que desataría la guerra atómica y, por tanto, destruir a una buena parte de la humanidad o incluso a toda. Segundo, lo entrelazado de los intereses y la similitud de visiones de ciertas élites. Finalmente, la capacidad de esas minorías para apoyarse mutuamente y sostenerse frente a la no-élite, la masa.Mills identificó en Estados Unidos a tres minorías que sobresalían por sus dotes para acumular poder: las que controlaban a las instituciones políticas, militares y a las grandes corporaciones privadas. Los individuos que efectivamente dominaban esos tres órdenes institucionales eran muy pocos, en gran medida provenían de las mismas esferas sociales, interactuaban constantemente e incluso intercambiaban sus puestos: un hombre de empresa podía dar el salto a un alto puesto político (un ejemplo actual es el vicepresidente norteamericano, Dick Cheney, que antes dirigía la empresa Halliburton), un alto mando militar podía terminar en un alto puesto político (recuérdese el caso del general Colin Powell que terminó en secretario de Estado norteamericano) y un alto político podía ser el administrador de una gran empresa privada (de nuevo, resalta el caso de Cheney, que antes de llegar a manejar Halliburton había servido en la Casa Blanca).
Igualmente, William Domhoff, define a la clase gobernante en los Estados Unidos como[3]:
….es una clase social superior que posee una parte desproporcionada de la riqueza de la nación, recibe una cantidad desproporcionada del ingreso anual de un país y proporciona un número desproporcionado de sus miembros a las instituciones rectoras y a los grupos que deciden los destinos del país.
Como se ha visto, en los Estados Unidos, un pequeño número de familias controla el mundo político y económico, baste abrir la revista Forbes para ver las personas que están al frente.
La rotación de esas elites también es algo claro, el propio Donald Rumsfeld, Secreterio de Defensa de los Estados Unidos hasta el año 2006, que se ha mantenido en diversos cargos políticos desde la administración de Gerald Ford en 1975.
Quizá el ejemplo más notorio y actual sea el caso Bush, desde George Bush que fue presidente en 1989- 1993, hasta sus hijos, George W. Bush, actual presidente de los Estados Unidos, y Jeb Bush, gobernador de Florida.
Sin duda alguna, el análisis de la biografía de cualquier político mostrará como ha tenido un pasado en el mundo económico, así como diversos puestos en la política.
“La monarquía debe ser gobernada por demócratas, y una república por aristócratas”.
Charles-Maurice Talleyrand Périgord (1754-1838) Diplomático y estadista francés.
[1] Véase Nuñez, Orlando. “La oligarquía en Nicaragua”, p. 1 en Centro para la promoción, la investigación y el desarrollo rural y social (CIPRES), http://www.cipres.org/Institucion/Actualidad/oligarquia.pdf. Nicaragua, 2006.
[2] Meyer, Lorenzo. “La consolidación de una elite en el poder”, en Instituto Nacional de Estudios Políticos (INEP), http://www.inep.org/content/view/4096/55/. 25 de enero de 2007.
[3] Domhoff, William. ¿Quién gobierna Estados Unidos?, Ed. Siglo XXI, México, 20ma edición, 2003, p. 11.
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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "Estados Unidos: un gobierno de poco ¿para todos?", en "El Nexo", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 31 de enero de 2008.
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