La guerra es como tal un fenómeno humano, que ha acompañado al hombre en el transcurso de la historia. “De acuerdo a Clausewitz, la guerra es un “acto de fuerza para imponer nuestra voluntad o los deseos de unos sobre otros, lo que implica que la guerra sea concebida como “un instrumento de la política” o “la mera continuación de la política por otros medios””.[1]
El estudio de dicho fenómeno, así como las causas que lo generan se inicia en 1919 con el nacimiento de la disciplina de Relaciones Internacionales, de hecho, como dice Héctor Cuadra, la más joven de las disciplinas de las Ciencias Sociales nace con el objetivo de garantizar la paz.[2]
“Desde entonces,- dice el profesor Peña- tal estudio ha contribuido al desarrollo epistemológico de la disciplina, al formar parte central de los debates entre las diferentes corrientes teóricas que han surgido en el tiempo. De hecho, el estudio sobre las causas de la guerra se renueva continuamente, porque no hemos encontrado los seres humanos una fórmula permanente para erradicar este flagelo de las relaciones sociales”.[3]
Continuando con la misma línea, es que dicho ensayo se desenvuelve, ya que se abordará el problema de la guerra desde la Sociología Histórica.
Las relaciones internacionales “....se configuran como una amalgama de relaciones cooperativas y conflictivas, como unas relaciones que oscilan entre la negociación diplomática y el conflicto bélico”.[4]
Las relaciones internacionales son para Aron, relaciones entre naciones, es decir entre “colectividades políticas territorialmente organizadas”.[5] Sin embargo, el tipo de relaciones internacionales por excelencia, son las relaciones interestatales[6]. Dichas relaciones, para Aron, se expresan por la conducta de dos actores fundamentales, a saber, el diplomático[7] y el soldado, “Dos hombres, y tan sólo dos, actúan plenamente no ya como miembros cualesquiera, sino en el papel de representantes de las colectividades a que pertenecen. El embajador en el ejercicio de sus funciones es la unidad política en nombre de la cual habla; el soldado en el campo de batalla es la unidad política, en nombre de la cual de muerte a su prójimo ”.[8]
Esa relación entre Estados, contiene en su seno la alternativa de la guerra o de la paz, y eso debido a que son los Estados los únicos que reconocen y legitiman para sí mismos el monopolio de la violencia. En esta lógica, “no existe más ley que la que aceptan los propios Estados ni más forma de sancionar y defender los propios intereses que a través del recurso a la guerra”.[9] Es por eso que Michael Walzer dice que: “Inter arma silent leges: cuando las armas hablan, callan las leyes”.[10]
Son los Estados los verdaderos protagonistas de la vida internacional, y es por eso que “…su conducta se desenvuelve de forma equívoca entre la paz y la guerra, entre la negociación y la lucha armada, entre el conflicto y la cooperación, sin que pueda establecerse de antemano el predominio de uno u otra, pero con la clara conciencia de que la condicionante principal de la acción de los Estados, o más precisamente de los estadistas, reside en el riesgo latente de guerra que en todo momento histórico ha existido en las relaciones entre diferentes comunidades políticas”.[11]
Para Aron, la guerra es el concepto fundamental que permite explicar las acciones de los diversos Estados en la comunidad internacional, definida la guerra como “el encuentro entre las voluntades de las colectividades políticamente organizadas, con objeto de imponer cada una de tales colectividades su voluntad mediante la violencia. Sigue por tanto la ya conocida definición de la guerra dada por Clausewitz como: “el acto de violencia destinado a obligar al adversario a hacer nuestra voluntad””.[12]
El estudio de dicho fenómeno, así como las causas que lo generan se inicia en 1919 con el nacimiento de la disciplina de Relaciones Internacionales, de hecho, como dice Héctor Cuadra, la más joven de las disciplinas de las Ciencias Sociales nace con el objetivo de garantizar la paz.[2]
“Desde entonces,- dice el profesor Peña- tal estudio ha contribuido al desarrollo epistemológico de la disciplina, al formar parte central de los debates entre las diferentes corrientes teóricas que han surgido en el tiempo. De hecho, el estudio sobre las causas de la guerra se renueva continuamente, porque no hemos encontrado los seres humanos una fórmula permanente para erradicar este flagelo de las relaciones sociales”.[3]
Continuando con la misma línea, es que dicho ensayo se desenvuelve, ya que se abordará el problema de la guerra desde la Sociología Histórica.
Las relaciones internacionales “....se configuran como una amalgama de relaciones cooperativas y conflictivas, como unas relaciones que oscilan entre la negociación diplomática y el conflicto bélico”.[4]
Las relaciones internacionales son para Aron, relaciones entre naciones, es decir entre “colectividades políticas territorialmente organizadas”.[5] Sin embargo, el tipo de relaciones internacionales por excelencia, son las relaciones interestatales[6]. Dichas relaciones, para Aron, se expresan por la conducta de dos actores fundamentales, a saber, el diplomático[7] y el soldado, “Dos hombres, y tan sólo dos, actúan plenamente no ya como miembros cualesquiera, sino en el papel de representantes de las colectividades a que pertenecen. El embajador en el ejercicio de sus funciones es la unidad política en nombre de la cual habla; el soldado en el campo de batalla es la unidad política, en nombre de la cual de muerte a su prójimo ”.[8]
Esa relación entre Estados, contiene en su seno la alternativa de la guerra o de la paz, y eso debido a que son los Estados los únicos que reconocen y legitiman para sí mismos el monopolio de la violencia. En esta lógica, “no existe más ley que la que aceptan los propios Estados ni más forma de sancionar y defender los propios intereses que a través del recurso a la guerra”.[9] Es por eso que Michael Walzer dice que: “Inter arma silent leges: cuando las armas hablan, callan las leyes”.[10]
Son los Estados los verdaderos protagonistas de la vida internacional, y es por eso que “…su conducta se desenvuelve de forma equívoca entre la paz y la guerra, entre la negociación y la lucha armada, entre el conflicto y la cooperación, sin que pueda establecerse de antemano el predominio de uno u otra, pero con la clara conciencia de que la condicionante principal de la acción de los Estados, o más precisamente de los estadistas, reside en el riesgo latente de guerra que en todo momento histórico ha existido en las relaciones entre diferentes comunidades políticas”.[11]
Para Aron, la guerra es el concepto fundamental que permite explicar las acciones de los diversos Estados en la comunidad internacional, definida la guerra como “el encuentro entre las voluntades de las colectividades políticamente organizadas, con objeto de imponer cada una de tales colectividades su voluntad mediante la violencia. Sigue por tanto la ya conocida definición de la guerra dada por Clausewitz como: “el acto de violencia destinado a obligar al adversario a hacer nuestra voluntad””.[12]
La ciencia de las Relaciones Internacionales puede servir como ciencia de la paz o como ciencia de la guerra, aunque, es en la política el medio natural “en el que la guerra se desarrolla, en el que sus caracteres generales, formados ya rudimentariamente, se esconden como las propiedades de las criaturas vivientes lo hacen en sus embriones”.[13]
La guerra es en parte producto de que los Estados no hayan salido de su “estado de naturaleza”.
Los Estados, sin embargo, no pueden estar continuamente en guerra, pero siempre es una posibilidad, ya que la “diplomacia y la guerra son históricamente inseparables, puesto que los políticos siempre han considerado la guerra como el último recursos de diplomacia”.[14]
Para Aron, la sociología histórica no necesariamente puede decir que se debe hacer para que no estalle la Tercera Guerra Mundial, pero según él, puede plantear el problema en la forma en que han de afrontarlo los políticos.[15]
Además, dicho autor considera que las relaciones internacionales revisten el recurso a la fuerza armada en la legitimidad y la legalidad, lo que las hace las únicas entre todas las relaciones sociales que admiten la violencia como algo normal y común.[16]
La confrontación de fuerzas lleva implícita “la referencia al espacio en el que se establecen los actores, a la población y a los recursos económicos de unos y otros, al sistema militar o a la capacidad de movilización característica de cada uno, a la naturaleza de las armas. Los sistemas militares y los armamentos son a su vez la expresión de los sistemas políticos y sociales. Por lo tanto, todo estudio concreto de las relaciones internacionales es a la vez sociológico e histórico debido al cálculo de fuerzas referido al número, al espacio, a los recursos, a los regímenes (militar, económico, político y social) ya que estos elementos a su vez constituyen los factores en juego de los conflictos entre los Estados”.[17]
Como concluye Aron, “Todas las sociedades han vivido el "problema de las relaciones internacionales", muchas culturas han caído en ruinas porque no han sabido limitar sus guerras. En nuestra época, no es ya sólo una cultura, sino la Humanidad entera la que se vería amenazada por una guerra hiperbólica. La prevención de una guerra de este carácter se convierte para todos los actores de un juego diplomático en un objetivo tan evidente como la defensa de los intereses exclusivamente nacionales”.[18]
“De acuerdo son la visión, profunda y quizá profética, de Kant, la Humanidad debe recorrer el camino sangriento de las guerras para llegar a alcanzar, un día, la paz. Es a través de la historia como se lleva a cabo la represión de la violencia natural y la educación del hombre para el uso de la razón”.[19]
Si bien, todas las sociedades en la historia han sufrido la guerra, y esta parece ser parte de la naturaleza del hombre, o del hombre en comunidad, esto no quiere decir que no sea posible erradicarla, o cuando menos disminuirla, ya que Schwarzenberger señala que “el ejercicio del poder puede ser templado por la razón”.[20]
Como decía J.F. Kennedy, “el hombre tiene que establecer un final para la guerra. Si no la guerra establecerá un final para la humanidad”.[21]
Fuentes consultadas
Bibliografía:
· Gutiérrez del Cid, Ana Teresa (coordinadora). Pensar la guerra: Hacia una nueva Geopolítica Mundial. Ed. Quimera, México, pp. 322.
· Cuadra, Héctor. “Teoría general de las Relaciones Internacionales”, texto tomado de: Héctor Cuadra “Estudio preliminar sobre la teoría de las Relaciones Internacionales”, en Burton, John W. Teoría general de las Relaciones Internacionales, México, FCPyS, 1986, 2ª ed. pp. 13-35. Tomado de la versión electrónica proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
· Aron, Raymond. Paz y guerra entre las naciones. Tomado de la versión electrónica proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
· Nicolson, Harold. La Diplomacia. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 2005, pp. 245.
· Walzer Michael. Guerra, política y moral. Ed. Paidós, España, 2001, pp. 166.
· Aron, Raymond. Conflicto y guerra desde el punto de vista de la sociología histórica. Texto tomado de: Stanley Hoffman, comp.. Teorías contemporáneas sobre Relaciones Internacionales. Traduc. M.D. López Martínez. Edit. Tecnos, Madrid, 1963, pp. 239-256. Tomado a su vez de la versión electrónicao proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
· Aron, Raymond. ¿Qué es una Teoría de las Relaciones Internacionales?. Originalmente publicado en Revue Francais de Science politique, Vol. XVII, No. 5, Oct. 1967. pp. 837-861. Tomado a su vez de la versión electrónica proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
· Schwarzenberger, Georg. La Política del Poder. Tomado a su vez de la versión electrónica proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
Ciberografía:
· Universidad Complutense de Madrid. , “La Sociología Histórica de Raymond Aron: un intento sintetizador” en http://www.ucm.es/info/sdrelint/ficheros_aula/aula0204.pdf. Consultada en Mayo de 2007.
· http://www.amorpostales.com/Frases-de-Guerra.html. Consultada en Mayo de 2007.
La guerra es en parte producto de que los Estados no hayan salido de su “estado de naturaleza”.
Los Estados, sin embargo, no pueden estar continuamente en guerra, pero siempre es una posibilidad, ya que la “diplomacia y la guerra son históricamente inseparables, puesto que los políticos siempre han considerado la guerra como el último recursos de diplomacia”.[14]
Para Aron, la sociología histórica no necesariamente puede decir que se debe hacer para que no estalle la Tercera Guerra Mundial, pero según él, puede plantear el problema en la forma en que han de afrontarlo los políticos.[15]
Además, dicho autor considera que las relaciones internacionales revisten el recurso a la fuerza armada en la legitimidad y la legalidad, lo que las hace las únicas entre todas las relaciones sociales que admiten la violencia como algo normal y común.[16]
La confrontación de fuerzas lleva implícita “la referencia al espacio en el que se establecen los actores, a la población y a los recursos económicos de unos y otros, al sistema militar o a la capacidad de movilización característica de cada uno, a la naturaleza de las armas. Los sistemas militares y los armamentos son a su vez la expresión de los sistemas políticos y sociales. Por lo tanto, todo estudio concreto de las relaciones internacionales es a la vez sociológico e histórico debido al cálculo de fuerzas referido al número, al espacio, a los recursos, a los regímenes (militar, económico, político y social) ya que estos elementos a su vez constituyen los factores en juego de los conflictos entre los Estados”.[17]
Como concluye Aron, “Todas las sociedades han vivido el "problema de las relaciones internacionales", muchas culturas han caído en ruinas porque no han sabido limitar sus guerras. En nuestra época, no es ya sólo una cultura, sino la Humanidad entera la que se vería amenazada por una guerra hiperbólica. La prevención de una guerra de este carácter se convierte para todos los actores de un juego diplomático en un objetivo tan evidente como la defensa de los intereses exclusivamente nacionales”.[18]
“De acuerdo son la visión, profunda y quizá profética, de Kant, la Humanidad debe recorrer el camino sangriento de las guerras para llegar a alcanzar, un día, la paz. Es a través de la historia como se lleva a cabo la represión de la violencia natural y la educación del hombre para el uso de la razón”.[19]
Si bien, todas las sociedades en la historia han sufrido la guerra, y esta parece ser parte de la naturaleza del hombre, o del hombre en comunidad, esto no quiere decir que no sea posible erradicarla, o cuando menos disminuirla, ya que Schwarzenberger señala que “el ejercicio del poder puede ser templado por la razón”.[20]
Como decía J.F. Kennedy, “el hombre tiene que establecer un final para la guerra. Si no la guerra establecerá un final para la humanidad”.[21]
Fuentes consultadas
Bibliografía:
· Gutiérrez del Cid, Ana Teresa (coordinadora). Pensar la guerra: Hacia una nueva Geopolítica Mundial. Ed. Quimera, México, pp. 322.
· Cuadra, Héctor. “Teoría general de las Relaciones Internacionales”, texto tomado de: Héctor Cuadra “Estudio preliminar sobre la teoría de las Relaciones Internacionales”, en Burton, John W. Teoría general de las Relaciones Internacionales, México, FCPyS, 1986, 2ª ed. pp. 13-35. Tomado de la versión electrónica proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
· Aron, Raymond. Paz y guerra entre las naciones. Tomado de la versión electrónica proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
· Nicolson, Harold. La Diplomacia. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 2005, pp. 245.
· Walzer Michael. Guerra, política y moral. Ed. Paidós, España, 2001, pp. 166.
· Aron, Raymond. Conflicto y guerra desde el punto de vista de la sociología histórica. Texto tomado de: Stanley Hoffman, comp.. Teorías contemporáneas sobre Relaciones Internacionales. Traduc. M.D. López Martínez. Edit. Tecnos, Madrid, 1963, pp. 239-256. Tomado a su vez de la versión electrónicao proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
· Aron, Raymond. ¿Qué es una Teoría de las Relaciones Internacionales?. Originalmente publicado en Revue Francais de Science politique, Vol. XVII, No. 5, Oct. 1967. pp. 837-861. Tomado a su vez de la versión electrónica proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
· Schwarzenberger, Georg. La Política del Poder. Tomado a su vez de la versión electrónica proporcionada por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
Ciberografía:
· Universidad Complutense de Madrid. , “La Sociología Histórica de Raymond Aron: un intento sintetizador” en http://www.ucm.es/info/sdrelint/ficheros_aula/aula0204.pdf. Consultada en Mayo de 2007.
· http://www.amorpostales.com/Frases-de-Guerra.html. Consultada en Mayo de 2007.
[1] Peña Guerrero, Roberto. “Etiología de la guerra: violencia y praxis en las Relaciones Internacionales”, pp. 9-37, en Gutiérrez del Cid, Ana Teresa (coordinadora). Pensar la guerra: Hacia una nueva Geopolítica Mundial. Ed. Quimera, México, pp. 322. Pág. 9.
[2] Cuadra, Héctor. “Teoría general de las Relaciones Internacionales”, texto tomado de: Héctor Cuadra “Estudio preliminar sobre la teoría de las Relaciones Internacionales”, en Burton, John W. Teoría general de las Relaciones Internacionales, México, FCPyS, 1986, 2ª ed. pp. 13-35. Tomado de la versión electrónica del disco proporcionado por la Profesora Ileana Cid Capetillo.
[3] Peña Guerrero, Roberto. “Etiología de la guerra: violencia ...Op. cit. p. 12.
[4] Universidad Complutense de Madrid. , “La Sociología Histórica de Raymond Aron: un intento sintetizador” en http://www.ucm.es/info/sdrelint/ficheros_aula/aula0204.pdf. Consultada en Mayo de 2007.
[5] Aron, Raymond. Paz y guerra entre las naciones. Tomado de la versión electrónica del disco proporcionado por la Profesora Ileana Cid Capetillo. P. 8.
[6] Ibidem, p. 9.
[7] Como describe Harold Nicolson, “la diplomacia no es un sistema de filosofía moral; es, como la ha definido Sir Ernest Satow, “la aplicación de la inteligencia y el tacto a la dirección de las relaciones oficiales entre los gobiernos de Estados independientes”. De igual forma, menciona que “la función de la diplomacia consiste ene. manejo de las relaciones entre los Estados independientes mediante el proceso de a negociación. El diplomático profesional es el servidor de la autoridad soberana de su propio país”. Véase Nicolson, Harold. La Diplomacia. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 2005, pp. 245. pp. 49 y 75.
[8] Idem.
[9] Universidad Complutense de Madrid. , “La Sociología Histórica de Raymond.....Op. cit.
[10] Walzer Michael. Guerra, política y moral. Ed. Paidós, España, 2001, pp. 166. P. 31.
[11] Universidad Complutense de Madrid. , “La Sociología Histórica de Raymond.....Op. cit.
[12] Idem.
[13] Aron, Raymond. Paz y guerra entre.....Op. cit., p. 10.
[14] Aron, Raymond. Conflicto y guerra desde el punto de vista de la sociología histórica. Texto tomado de: Stanley Hoffman, comp.. Teorías contemporáneas sobre Relaciones Internacionales. Traduc. M.D. López Martínez. Edit. Tecnos, Madrid, 1963, pp. 239-256. Tomado a su vez de la versión electrónica del disco proporcionado por la Profesora Ileana Cid Capetillo. P. 2.
[15] Ibidem, p. 13-14.
[16] Aron, Raymond. ¿Qué es una Teoría de las Relaciones Internacionales?. Originalmente publicado en Revue Francais de Science politique, Vol. XVII, No. 5, Oct. 1967. pp. 837-861. Tomado a su vez de la versión electrónica del disco proporcionado por la Profesora Ileana Cid Capetillo. P. 5.
[17] Ibidem, p. 13.
[18] Aron, Raymond. Paz y guerra entre.....Op. cit., p. 20.
[19] Idem.
[20] Schwarzenberger, Georg. La Política del Poder. Tomado a su vez de la versión electrónica del disco proporcionado por la Profesora Ileana Cid Capetillo. P. 15.
[21] http://www.amorpostales.com/Frases-de-Guerra.html. Consultada en Mayo de 2007.
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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "La Guerra desde la Sociología Histórica", en "El Nexo", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 29 de enero de 2008.
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