miércoles, 2 de marzo de 2011

La política exterior mexicana de Adolfo López Mateos: Entre lo doméstico y lo internacional


Para Mauricio Reyes, existe un vínculo muy claro entre política exterior e interior, ya que la primera, como parte de las políticas públicas representa un elemento que refuerza la identidad nacional y reafirma la independencia del país frente a otras naciones. En el caso mexicano, este vínculo ha estado se ha buscado en la promoción del desarrollo económico y en la defensa de la soberanía.

El autor analiza la política exterior durante el sexenio de Adolfo López Mateos de 1958 a 1964, sin embargo, se hace un paralelismo entre ésta y los conflictos internos que vivió ese gobierno, como el movimiento ferrocarrilero de 1959, al que se tuvo que reprimir.

Pronto la sociedad empezaría a interesarse en los temas internacionales sobre todo a raíz de la Revolución cubana, lo que traería, todavía más a flote, la relación entre lo interno y la actuación hacia el exterior.

El nacionalismo se volvió el eje conductor del gobierno de López Mateos, ya que éste reactivaría la idea de la unidad y el interés nacional al interior, y a su vez, fomentaría un pretexto para reaccionar ante los Estados Unidos, tratando de evitar que interviniera en los asuntos nacionales.

Durante el periodo 1958-1964, la relación con Estados Unidos sería la más importante, y a partir de ella, se articularían nuevas estrategias en política exterior, como el hecho de buscar diversificar las relaciones comerciales y políticas en el mundo, así como enarbolar una política independiente, y en muchos casos de reacción contraria frente al vecino del norte.


Para 1962, se dio un acuerdo no escrito entre México y Estados Unidos en la práctica, que reconocía la independencia de la política exterior mexicana frente a la estadounidense, siempre y cuando no fuera contraria en temas de vital importancia para este último país.

Las relaciones mexicanas comienzan a diversificarse como parte de la ruta trazada, con lo que se crea un mayor acercamiento a los países latinoamericanos, con Indonesia e India en el plano político, así como con la República Federal Alemana y Japón en el intercambio comercial.

Finalmente, Reyes concluye con un análisis de la relación de México con Cuba tras la Revolución cubana en 1959, y es que este vínculo tuvo una enorme repercusión en la relación México- Estados Unidos, y en el desarrollo de conflictos internos. El gobierno mexicano utilizó el reconocimiento de la Revolución cubana, y al gobierno emergente de dicho movimiento, para ganar legitimidad al interior, y es que así, el Estado se establecía como un centro mediador entre la izquierda y la derecha mexicana, sin embargo, con el correr de los años, este hecho resultó contraproducente para el gobierno, ya que la izquierda lanzó un movimiento con demandas de corte socialque lo hizo tambalear, mientras que la derecha, cuestionaba constantemente la actitud gubernamental frente a lo que ocurría, es así, como López Mateos finalmente intenta sacar el tema de Cuba de la agenda interna, y poco a poco empieza a expresar una posición más pragmática frente a la mismo.

Esta etapa de la historia mexicana, y en especial de la política exterior resulta interesante para conocer el margen de maniobra que México tenía frente a los intereses estadounidenses, así como para entender la estrecha relación que existe entre la política exterior y la política interna.


Bibliografía: Reyes, Mauricio. “Política interna y política exterior en México desde 1950 hasta 1964”, pp. 119-145, en Cabra, José, et al. Antología de Política exterior de México II, Ed. FCPyS- UNAM, México, 2006.


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Como citar el artículo: Herrera, Héctor. "La política exterior mexicana de Adolfo López Mateos: Entre lo doméstico y lo internacional" , en "El águila, el jaguar y la serpiente", http://nohoch-balam.blogspot.com/. 28 de febrero de 2011.

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